En su intervención en la comparecencia de Sánchez en el Senado, Roldán comenzó recordando a las víctimas del coronavirus y preguntó a los parlamentarios socialistas qué aplaudían cuando la comparación de la situación epidemiológica de España con otros países deja al país en mal lugar.

“Estamos a punto de tropezar otra vez con esta segunda ola”, afeó a Sánchez, rechazando “paños calientes” y criticándole que primero negó el problema, luego actuó tarde y mal y tuvo que rectificar, creó un comité de expertos que ahora se ha “vaporizado” y renunció al reparto de mascarillas de la UE.

Más cerca en el tiempo, dijo que el Gobierno pasó la patata caliente a las comunidades autónomas y ejerció su habitual discriminación a la escuela concertada. Lo atribuyó a que, en el Gobierno, “fuertemente ideologizado”, la ideología es un obstáculo para el pragmatismo. Por ello, le recriminó que la autocrítica no puede ser sustituida por la autocomplacencia.

Más tarde, puso el foco en los datos económicos que revelan el impacto de la crisis del coronavirus en España y llamó a dejar atrás las “batallitas” entre administraciones de distinto color político y ponerse de acuerdo en unos Presupuestos de emergencia nacional. “Nadie nos tiene que decir que arrimemos el hombro porque ya lo hacemos”, enfatizó, pidiendo la tregua política que viene abanderando Ciudadanos, pero diciendo que “tiene que partir del Gobierno y tiene que encontrar una oposición a la altura de las circunstancias”.

En un plano más político, Roldán aseguró que a Cs no le gusta el Gobierno de Sánchez, por su “compadreo” con independentistas, y aprovechó las "barbaridades" del discurso de la portavoz de ERC, Mirella Cortès, para invitar de nuevo al PSOE a una candidatura única constitucionalista a las próximas elecciones catalanas, a las que iba a ser candidata, pero que ha cedido su puesto al también diputado en el Parlament Carlos Carrizosa. “Es una obligación moral que no pinten nada en la gobernabilidad”, proclamó.