Memoria de la Fiscalía

La policía detuvo a 75 personas el año pasado por falsificación de monedas y tarjetas de crédito

MADRID
SERVIMEDIA

La Brigada de Investigación del Banco de España (BIBE), que es la unidad del Cuerpo Nacional de Policía especializada en actividades delictivas relacionadas con las monedas, detuvo el pasado año a 75 personas por delitos vinculados a la falsificación de moneda y tarjetas de crédito.

Así lo recoge la Memoria de la Fiscalía presentada este lunes por la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, en la apertura del año judicial y donde se detalla que 42 de los detenidos son personas de nacionalidad española y 33 extranjeros.

La actuación de la BIBE, en colaboración con diferentes unidades policiales de carácter internacional, nacional y autonómico, llevó a cabo hasta 57 detenciones en España y 18 fuera de nuestras fronteras con dicho resultado.

Conforme revela la memoria, el pasado año se incautaron además unas cantidades “bastantes similares” de billetes falsos con respecto a los últimos cinco años, sin detallar cuantía alguna.

Como pista solo apunta que, desde el 2014, “solo en 2018 se intervinieron menos billetes que en 2019”. Es decir, los billetes incautados excederían, por tanto, los 58.637 millones intervenidos por las autoridades en el ejercicio 2018.

Por denominaciones, la mayor parte de las falsificaciones se concentraron en los billetes de 50 euros, seguidos por los de 20 y 10 euros; mientras que “no fueron significativas” las cantidades incautadas de las restantes denominaciones.

La mayor parte de las falsificaciones detectadas se concentraron en siete provincias: Barcelona, Madrid, Sevilla, Málaga, Valencia, Bilbao y Alicante, siendo, de nuevo, su origen principal de países extranjeros.

Según detalla la memoria de la Fiscalía, las falsificaciones con posible origen español “son de poca calidad y de un bajo número de billetes incautados”, ya que el método prioritario utilizado para su fabricación es muy rudimentario, normalmente con un escáner y un ordenador.

Las falsificaciones catalogadas como nacionales son, por lo general, producidas y distribuidas por personas de nacionalidad española bajo el sistema de “goteo” o introducción en el circuito financiero en pequeñas cantidades, mediante la compra de mercancías en establecimientos comerciales.

En el caso de aquellas que tienen su origen fuera de España, las de mayor incidencia en el país proceden de Italia (del Grupo Nápoles) y del resto de países de la UE. Su introducción la realizan, sobre todo, con personas originarias de países del este de Europa, subsaharianos y del norte de África.

La memoria de la Fiscalía señala que han bajado, en contrapartida, los billetes incautados procedentes de países de Europa del Este y fundamentalmente los de origen búlgaro.

Para introducir estas falsificaciones de fabricación extranjera suelen utilizar líneas clandestinas de autobuses que efectúan el recorrido desde el país de origen hasta España, donde son recibidos por miembros de la organización para posteriormente ser distribuida valiéndose de sus actividades en el campo de la delincuencia relacionada con la prostitución, tráfico de estupefacientes y robo de vehículos de gran cilindrada.

La Fiscalía alerta además de un auge en la distribución de moneda falsa a través de la llamada “Darknet” o red profunda, dificultando a los investigadores la identificación de los vendedores y compradores de moneda falsa.

En cuanto a la moneda metálica, España es uno de los países europeos en donde se detectan más monedas falsas, fundamentalmente de dos euros y un euro cuyo presunto origen sería China; y la divisa extranjera más falsificada que llega al país es el dólar americano y la libra esterlina, aunque “en cantidades muy bajas” frente a las de euro.

En cuanto a la falsificación de tarjetas de crédito, el método más usado es la clonación física del dispositivo mediante la manipulación de cajeros automáticos para su uso posterior en países donde no está implantada la tecnología chip o el pago en España con tarjetas falsas extranjeras.

Es común que las tarjetas extranjeras tengan procedencia asiática (principalmente China), americana (de EEUU, República Dominicana, Colombia, Venezuela, sobre todo) y europea.

Con el uso en países diferentes se persigue retrasar la reacción del perjudicado y de la entidad bancaria emisora y por otro entorpecer la acción policial, dificultando ser detectados, identificados y perseguidos.

La memoria de la fiscalía advierte sobre un aumento en la venta de la tarjetas y moneda y billetes falsos a través de internet, especialmente en la “darknet” (intranet privadas saldas de chat, foros de discusión privados, etc).

(SERVIMEDIA)
07 Sep 2020
ECR/pai