El hecho de que las pruebas serológicas de coronavirus se hayan hecho con sólo 48 horas antes de abrir las escuelas infantiles supone, según el sindicato, que “alguno de los educadores y demás personal de estas escuelas que hayan dado positivo no podrán incorporarse mañana porque habrán de someterse a una prueba PCR que determine si están o no contagiados”.

Desde CSIF afearon que el retorno se produce sin tener aprobado un plan de funcionamiento y sin que se vaya a contar con todo el personal para atender a todos los menores matriculados, ya que la previsión es que estos centros se llenen.

“En el caso de que se cumplan las previsiones y las clases estén llenas, los educadores no saben cómo podrán llevar a cabo los denominados grupos burbuja en caso de que sea necesario”, alertó el sindicato.

“Podrían haber esperado a la semana que viene, no nos explicamos el porqué de tanta precipitación. Hay que tener la certeza de que el trabajador que va a atender al niño no sea positivo para que trabaje con toda la seguridad, y hasta que esto no suceda al 100% no se deberían abrir las escuelas infantiles de la Comunidad”, declaró la presidenta de CSIF para la Administración General de la Comunidad de Madrid, Elena Moral.

Pese a todo, el sindicato aseguró que “el ambiente entre los trabajadores es, de momento, de tranquilidad, aunque con cierta incertidumbre ante lo que se les viene encima”.

En cuanto a las medidas de seguridad, la Comunidad de Madrid proveerá a cada uno de los 57 centros infantiles de mascarillas quirúrgicas y geles hidroalcohólicos. Desde CSIF denunciaron, sin embargo, que las medidas complementarias como pantallas protectoras, guantes o batas ya dependen de la dirección de cada centro.