Lo dijo durante la rueda de prensa que ofreció en el Palacio de la Moncloa tras la reunión, de dos horas de duración, que mantuvo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Casado en el marco de la ronda de contactos que ha iniciado esta mañana con los líderes de los partidos políticos tras el receso veraniego.

Montero lamentó que Casado haya optado por politizar la pandemia “con fines electorales” y haya preferido enrocarse en su negativa a apoyar la renovación de los órganos constitucionales –como el CGPJ, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo, RTVE-, a pesar de que habitualmente “se envuelve en la bandera y se da golpes de pecho con la Constitución”.

También reprochó su voluntad de no apoyar los Presupuestos Generales del Estado, a pesar de dejar claro que el Gobierno tiene los apoyos suficientes para sacarlos adelante.

Calificó como “decepcionante” la reunión entre el presidente del Gobierno y el líder del principal partido de la oposición al confirmarse que éste “ha dado la espalda al diálogo” perdiendo la oportunidad de presentarse ante los españoles como un “hombre de estado”.

¿Si ante una emergencia nacional no se puede contar con el PP, cuándo se podrá contar?, se preguntó.

Montero lamentó que Casado se mantenga en una “actitud obstruccionista, de bloqueo”, la misma, dijo, que practica desde que lidera el PP, sin entender que el país vive un “momento excepcional” que obliga a salir del “no es no”.

Expuso que los partidos políticos tienen que “estar a la altura de las circunstancias en este momento de emergencia nacional” ante el cual no se puede “poner de perfil a la hora de prestar un servicio a la patria”.

Por ello, juzgó como descorazonador que el PP manipule la realidad de la pandemia para buscar la “confrontación” y “desgastar al Gobierno”, advirtiendo de que el Ejecutivo no entrará en el juego que plantea el principal partido de la oposición.

Montero elevó el tono para acusar a Casado de “eludir su propia responsabilidad” y de “agarrarse a excusas que no se sostienen”, cuando no de cuestionar directamente la legitimidad del Gobierno, para evitar ser útil a España por meros “cálculos electorales”.

Esto le sirvió para señalar como una “línea roja” el respeto a la legitimidad de un gobierno que es el fruto de la voluntad de la ciudadanía española expresada en las urnas, a pesar de lo cual reiteró la necesidad “alcanzar un mínimo común denominador” con el principal partido de la oposición.

Por último, se refirió las recetas económicas planteadas por Casado y a las críticas que éste expresó hacia las políticas del Gobierno en esta materia. Lo hizo ironizando ante el hecho de que el líder del PP diga “y también dos huevos duros” para exigir prorrogar los ERTE y al mismo tiempo acuse al Ejecutivo de “despilfarrar” y de disparar el déficit y la deuda pública. “Dejemos trabajar al diálogo social. No intentemos capitalizar el éxito de sus resultados”, sugirió.