El objetivo es analizar el estado actual de los instrumentos y proceder, posteriormente, a su recuperación en las mejores condiciones posibles, ya que, hasta ahora, y desde el 16 de octubre de 2017, los dos instrumentos permanecían almacenados en el zaguán del monasterio vallisoletano, fuera de la visita pública, por su mal estado de conservación.

La institución responsable de los dos instrumentos, después de casi tres años, lleva ahora a cabo su traslado a los talleres de restauración del Palacio Real de Madrid por una cuestión de operatividad, ya que en ellos se realizarán los análisis que permitirán determinar las necesidades previas de conservación preventiva y el tipo de restauración de cada uno.

Para realizar cada una de estas intervenciones, Patrimonio Nacional cuenta en sus talleres de restauración del Palacio Real de Madrid con un taller de ebanistería, un laboratorio químico, un taller de pintura y un gabinete de radiología con instrumental especializado y el necesario certificado del Consejo de Seguridad Nuclear.

La presidenta de Patrimonio Nacional, Llanos Castellanos, recordó el gran valor histórico y cultural que tienen cada una de las piezas y subrayó la importancia de “mantener en el mejor estado posible cada uno de los elementos que forman parte del patrimonio nacional”.