Según informa la Junta, el foco se detectó cuando tres residentes fueron ingresados por diversos problemas y, tras someterles a un test, ofrecieron resultado positivo en coronavirus.

Tras ello, se hizo prueba PCR al resto de residentes, confirmando todos el contagio, a excepción de una persona, que está aislada y pendiente de una nueva prueba. En total, son 35 los residentes contagiados por COVID-19, siendo la mayoría asintomáticos.

Por lo que respecta a los trabajadores, 25 profesionales, dos están en baja laboral por otros motivos, 14 han ofrecido un PCR negativo y los nueve restantes, positivo, siendo una de estas personas la ingresada en la UCI. Tanto los trabajadores como los residentes contagiados están siendo atendidos por el centro de salud de Aranda Rural.

La Dirección General de Salud Pública, a través del Servicio Territorial de Sanidad en Burgos ha iniciado la vigilancia y el control epidemiológico de los brotes en la capital burgalesa, a través del seguimiento de casos y de las correspondientes encuestas de contactos e investigación de las relaciones sociales de estas personas, tanto en sus entornos familiares como sociales y laborales.

Por todo ello, la Junta de Castilla y León apela a la responsabilidad individual y colectiva de los ciudadanos, cumpliendo las medidas básicas de distancia social, higiene de manos y uso obligatorio, con carácter general, de la mascarilla en vías públicas, ámbitos urbanos al aire libre y espacios cerrados de uso o abiertos al público, con el fin de evitar situaciones que pudieran suponer riesgo de contagios y rebrotes de la enfermedad.