El propulsor de la iniciativa, Joan Baldoví, apeló a la esperanza para que el PSOE y Unidas Podemos permitan en la Mesa del Congreso que, al menos, se pueda debatir la petición sobre un asunto “que huele mal”.

Hasta ahora, denunció, ha habido “un muro infranqueable” que ha impedido siquiera debatir los presuntos negocios del Rey emérito por ser inviolable como jefe del Estado. Sin embargo, enfatizó, lo que reclaman en esta iniciativa es investigar si las empresas públicas que participaron en el consorcio del AVE a La Meca pagaron comisiones, y a quién.

Baldoví entiende que entre las funciones de los parlamentarios está fiscalizar a las empresas que se financian con dinero de todos los ciudadanos y, por ello, apeló al PSOE para que no se ampare en la inviolabilidad del anterior jefe del Estado para impedir el debate.

Gabril Rufián, de ERC, cree que será “muy difícil, por no decir imposible”, impedir ese debate sobre una institución “opaca”, siendo “muy generoso” en el calificativo. En su opinión, “no se puede tapar diciendo que es una manzana podrida”, porque afecta a la institución y al heredero del Rey emérito, el actual jefe del Estado.

Más allá de esa comisión de investigación, ERC tiene como objetivo último que el jefe del Estado lo sea tras ganar unas elecciones, y cree que si Felipe VI “es tan alto, tan guapo y tan preparado, seguro que las gana”.

También Mertxe Aizpurua, de Bildu, denunció el “veto permanente” a cualquier iniciativa sobre la monarquía, que sigue siendo el “nudo gordiano” de un régimen que fue “apuntalado por el dictador” y que los grandes partidos parecen querer “blindar”.

De los anteriores rechazos a esas investigaciones parlamentarias, Íñigo Errejón, de Más País, concluye que hay espacios donde la democracia española no llega, sitios a los que no se puede mirar y asuntos sobre las que no se puede preguntar. Por ello, cree que esta iniciativa es un “test de estrés” sobre la calidad de la democracia en España.

En su opinión, el debate no es sobre el modelo de Estado, ya que, si él fuera monárquico, “que no es el caso”, sería el más interesado en garantizar que la institución que defiende no tiene nada que ocultar. El debate, insistió, es si alguien por sus apellidos o por el supuesto color de su sangre está por encima de la ley.

En nombre de la CUP, Mireia Vehí aseguró que el papel de la monarquía siempre ha sido “en contra de los derechos y libertades”, y destacó en ese sentido que “aún no se ha esclarecido” su papel en el intento de golpe de Estado de 1981 y que el actual jefe del Estado “amenazó” a los catalanes ante la consulta soberanista. De lo que no debería haber duda, reiteró, es de que la corrupción “hay que perseguirla e investigarla”.