Esta organización instó al Gobierno yemení a detener todos los ataques contra los manifestantes e investigar y enjuiciar a sus responsables.

Varios activistas locales organizaron una manifestación antigubernamental ayer a las 10.00 horas en la nueva Universidad de Sanaa, donde unas 1.000 personas pidieron la dimisión del presidente yemení, Ali Abdalá Saleh.

Algunos manifestantes aseguraron a HRW que varios "matones" progubernamentales, conocidos localmente como "balataga", llegaron hasta el lugar y les atacaron.

Para evitar enfrentamientos con estas fuerzas de seguridad, los concentrados iniciaron una marcha, pero al llegar a la intersección Rowaishan, en Sanaa, fueron recibidos alrededor de las 13.00 horas por cientos de paramilitares uniformados del Gobierno, que llevaban porras, rifles militares de asalto, pistolas y gases lacrimógenos

HRW señaló que, sin emitir ninguna advertencia, estas fuerzas de seguridad cargaron contra los manifestantes, que huyeron, aunque varios recibieron golpes y patadas, el impacto de porras y descartas eléctricas de las armas "taser".

Para HRW, las autoridades yemeníes deben investigar y sancionar el uso arbitrario y excesivo de la fuerza por parte de sus fuerzas de seguridad y el Gobierno tiene la obligación de reconocer y proteger el derecho de todos a la reunión pacífica y a la libertad de expresión.