"Hace 25 años de la tragedia más oscura y abominable en Europa. España se une al pesar de las víctimas y sus familias", escribió Sánchez en su perfil de Twitter. "Es el momento de la reconciliación y la solidaridad sobre las que asentar el gran proyecto común de Bosnia-Herzegovina y su integración en la UE", añade el presidente, que acompaña su mensaje con la etiqueta #Srebrenica25.

Minutos después, el perfil oficial de La Moncloa publicó un vídeo de casi cinco minutos del propio Sánchez en el que abundó en estas consideraciones confesando lo "emotivo" que le resultaba dirigirse a las autoridades bosnias y a los familiares de las víctimas después de haber realizado dos visitas al lugar en las que dijo haber sentido "en la frialdad de esos muros las huellas de la crueldad y de la desesperación de las que fueron testigos".

El presidente del Gobierno quiso recordar que los tribunales penales internacionales cuyo mandato “España ha aprobado incondicionalmente siempre”, sentenciaron “que lo sucedido allí fue un genocidio”. A partir de ahí, advirtió de la importancia de la paz y también de su “fragilidad y la necesidad de protegerla”, y en ese sentido pidió a los líderes de las comunidades del país que guíen a sus pueblos.

Sánchez se declaró “consciente del sufrimiento añadido que les causa” a los familiares de las víctimas “la retórica revisionista y la glorificación de criminales de guerra, impidiendo que se cierren sus dolorosas heridas”. Por lo que a España respecta, garantizó: “Los discursos inflamatorios y divisivos del revisionismo no van a encontrar eco en nosotros. España siempre va a estar del lado de la verdad y la solidaridad con las víctimas”.

Citando la “experiencia propia” española, el presidente proclamó que “en un proceso de reconciliación la justicia tiene que ir acompañada de la verdad” porque “aceptar la verdad sobre el pasado es fundamental para comprender la sociedad en que se convive” y para “construir un futuro sobre bases sólidas”.

En esa línea, reflexionó que la reconciliación “exige respeto y sobre todo empatía, reconocimiento del dolor ajeno” y “debe involucrar a todos”. Desde esa premisa, subrayó que el genocidio lo perpetraron individuos concretos que ya fueron condenados, “no grupos étnicos ni tampoco grupos nacionales”, de forma que “los crímenes de guerra no pueden utilizarse para trazar fronteras políticas”. Por ello, aseguró que para la comunidad internacional “sería muy gratificante ver en algún momento a todos los líderes de Bosnia-Herzegovina en una conmemoración sin exclusiones de todas las víctimas del conflicto”.

Sánchez terminó, en nombre de “un viejo país con muchas cicatrices históricas” y “heridas recientes” que conoce “la dificultad que entraña encontrar esos equilibrios”, pero apeló al proyecto de futuro común y a que “la reconciliación es el germen del proyecto europeo” del que Bosnia quiere formar parte, una aspiración que aseguró que España “apoya fervientemente”.