Medio ambiente
Los bosques ibéricos se vuelven más sensibles al cambio climático
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Las masas boscosas de la Península Ibérica estarían volviéndose más sensibles a los efectos del cambio climático debido al abandono agrícola, la gestión forestal tradicional y el aumento de las políticas de reforestación.
Es la conclusión de un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Alcalá y publicado en la revista 'Global Change Biology'.
Los científicos analizaron datos de unas 10.500 parcelas permanentes con más de 236.000 árboles recogidos a lo largo de tres centros del Inventario Forestal Nacional (IFN), que recopilan información de unos 30 años y abarcan desde los bosques templados del norte de la península hasta los semiáridos del sureste.
El estudio se basa en las tendencias temporales en la estructura y la demografía de los bosques ibéricos desde la década de 1980 y analiza cómo el efecto de los factores subyacentes a la demografía cambia con el tiempo.
De acuerdo con estas estadísticas, los bosques ibéricos tienden desde la década de los 80 a ser más densos, más homogéneos y estar formados por individuos de mayor tamaño. Además, existe una tendencia hacia una disminución de la regeneración y del crecimiento junto con un aumento de la mortalidad.
Las tendencias temporales observadas en la estructura forestal y la demografía estuvieron impulsadas principalmente por los efectos interactivos del clima y la competencia. Sin embargo, esos efectos no fueron estables a lo largo del tiempo y se han producido cambios en la magnitud e incluso en la dirección de los efectos.
MÁS COMPETENCIA
A pesar de que la productividad forestal aumentó en los últimos 30 años, debido al balance positivo entre la regeneración, crecimiento y mortalidad, los efectos negativos del cambio climático y el aumento de la competencia han ido agravándose, lo que ha conducido al descenso de la regeneración y del crecimiento, y al incremento de la mortalidad.
"Los efectos del cambio climático se están amplificando en los bosques ibéricos, lo que explica las tendencias demográficas observadas. Además, dichos efectos no son estables ni lineales a lo largo del tiempo”, señala Julen Astigarraga, autor principal del estudio.
Astigarraga recalca que la mayor sensibilidad de los bosques ibéricos se debe en gran medida al aumento de la competencia por “los cambios que se han dado en las últimas décadas, como son el abandono agrícola y de la gestión forestal tradicional junto con el incremento de las políticas de reforestación”.
A pesar de estas conclusiones, el estudio sugiere que esos efectos negativos del cambio climático en la demografía de los bosques ibéricos podrían mejorarse con cambios en la estructura forestal (por ejemplo, reduciendo la competencia), lo que tiene implicaciones importantes para la gestión forestal y la adaptación de los bosques ibéricos al cambio climático.
(SERVIMEDIA)
09 Jul 2020
MGR/mjg