Así lo trasladaron desde el Instituto BBVA de Pensiones durante la presentación de la encuesta ‘El impacto del Covid-19 en las perspectivas de ahorro y jubilación' realizada con 2.045 entrevistas entre el 27 de mayo y el 13 de junio.

Entre los encuestados jubilados, un 31% afirma que es muy probable que se congelen las pensiones en los próximos dos años y un 28% lo ve probable, mientras que un 21% lo considera poco probable y un 18% cree que no sucederá.

Sobre la posibilidad de que se elimine una paga extraordinaria, un 35% afirma que es muy probable o bastante y un 64% ve pocas opciones de que se haga o ninguna.

En la encuesta también se pregunta sobre la propuesta del Gobierno de reducir las ventajas fiscales de los planes de pensiones individuales, a lo que el 47% responde que le parece mal, al 31% le parece bien y un 23% no se pronuncia.

GASTO Y AHORRO

Por otra parte, durante el periodo de confinamiento en el que no se podía salir nada de casa, el 61% declara que gastó menos que antes y sólo un 13% dice que gastó más. Además, el 57% asegura que consiguió ahorrar algo, siendo la cuantía media de 367 euros mensuales.

Con el proceso de reapertura de la actividad y de relajación del confinamiento, un 30% de los entrevistados afirma gastar menos que antes de la crisis, un 53% dice que igual y un 18% indica que más. El 49% consigue ahorrar en esta etapa, en una media mensual de 298 euros.

También, el 51% dice que a partir de ahora va a intentar ahorrar más de lo que lo hacía antes de la crisis y el 66% de quienes se encuentran en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o en paro declara su intención de ahorrar, muy por encima de quienes mantienen su empleo (54%). En general, el 76% afirma que es conveniente ahorrar.

En los recursos destinados a la jubilación, la encuesta desvela que un 32% afirma haber comenzado a ahorrar, frente a un 68% que responde negativamente. Este ahorro se extiende más entre los hombres (38%) que entre las mujeres (27%). El principal instrumento para hacerlo es un plan de pensiones individual (50%), seguido de los depósitos o libretas de ahorro (28%).

PERSPECTIVAS

De cara a la percepción de esta crisis, el 71% declara que es más grave que la coyuntura de 2008, y en el caso de empresarios y directivos, el 83% así lo señala.

El 12% de los responsables en los hogares reconoce haber tenido dificultad para hacer frente a los gastos habituales, un 8% ha tenido que recurrir a sus ahorros, y de ellos, uno de cada cuatro ha tirado del dinero reservado para la jubilación.

Durante la crisis uno de cada cinco entrevistados ha dado soporte a una media de 2,2 personas familiares o amigos y por un importe que ha oscilado entre los 100 y los 600 euros. La ayuda dentro de las familias ha fluido de los que tienen más edad a los que tienen menos edad.

En una radiografía de lo sucedido en el mercado laboral, el porcentaje de entrevistados que trabajan ha pasado del 52% (antes de la crisis) al 42% (en el momento de realización de la encuesta), y el de parados, del 9% al 13%, mientras un 6% de los entrevistados se encuentra en un ERTE. Los hombres en situación de paro han pasado de representar el 7% al 12% y en las mujeres, el porcentaje ha subido del 11% al 14%.

Los ERTE han afectado en mayor medida a los trabajadores de 50 a 64 años, el paro ha tenido mayor incidencia entre los menores de 34 años y en la franja de 35 a 49 años se ha seguido trabajando.

En cuanto a la actividad de los autónomos, el 45% dice que ha cerrado temporalmente y un 6%, definitivamente. Mientras, un 24% mantuvo su negocio abierto, pero con menos trabajo. Con la reapertura de la economía, el 73% ya ha retomado su actividad y un 20% está a la espera.