Economía
El Banco de España apremia a mejorar la productividad para encarar los “daños persistentes” que provocará el Covid-19 sobre el potencial de crecimiento
- Aboga por revisar el sistema de contratos para atajar la dualidad, reforzar la formación para mejorar la empleabilidad y defiende la mochila austriaca
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El Banco de España está convencido de que la profundidad de esta crisis “probablemente provocará algunos daños persistentes en el crecimiento potencial de la economía española” y que, pese a que el schock del Covid-19 se espera que tenga un carácter transitorio, su “elevada intensidad y la incertidumbre” que aún persiste sobre su evolución futura pueda desencadenar “algunos efectos duraderos sobre la estructura productiva de muchas economías, incluida la española”.
“En este sentido, cabe esperar que el crecimiento potencial de la economía española, que ya era relativamente reducido antes de esta crisis, se vea mermado como consecuencia de ella”, avisa el organismo en su Informe anual 2019, íntegramente dedicado en esta ocasión a analizar la pandemia y sus efectos económicos.
“Si ya era modesta antes de la crisis, nos situábamos en el entorno del 1%”, con la situación creada por la pandemia se reducirá y “va a provocar algún daño persistente en el tejido empresarial. No sabemos de qué magnitud, pero pensamos que algunas empresas van a quedarse en la cuneta y algunos sectores van a salir debilitados”, explica el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Oscar Arce.
Para encarar esta situación y darle mayor tracción el organismo subraya la necesidad de aumentar el potencial de crecimiento mejorando la productividad, además de “corregir las disfuncionalidades del mercado laboral, de mejorar la sostenibilidad de las cuentas públicas, y de abordar los desafíos asociados con el envejecimiento de la población, la desigualdad y el cambio climático”.
“La gravedad de la situación creada por la pandemia ha acentuado el grado de necesidad y urgencia de dar una respuesta adecuada a estos desafíos”, emplaza. Sin embargo, habla de una ejecución en dos tiempos: a corto plazo advierte de que “no cabe una retirada prematura de las medidas de estímulo dispuestas en la actualidad, ya que aumentaría el riesgo de que el crecimiento económico sufra daños más duraderos”.
Sin embargo, sí lo considera compatible continuar dichos esfuerzos y mantener las ayudas con que “convendría avanzar en el diseño y anuncio de un plan de consolidación fiscal a medio plazo suficientemente detallado, para su aplicación una vez que se haya superado la actual crisis y se haya consolidado una senda robusta de recuperación”. A su juicio, debería abordarse a la vez que un ambicioso programa de reformas que ayude a ganar potencial de crecimiento y resuelva los desequilibrios, pero que urge diseñar con el más amplio consenso posible al tratarse de reformas estructurales.
Según el director general de Economía y Estadística del Banco de España, “el bajo crecimiento de la productividad es el principal factor determinante del modesto crecimiento potencial de la economía”. Ocurre por “una conjunción de factores desafortunados” como que la estructura productiva está sesgada hacia ramas menos intensas en productividad y que son las que más sufren la crisis como el mayor peso del comercio, la hostelería, el ocio; o la preeminencia de pymes, también con menor productividad.
En España las empresas con menos de 5 trabajadores son el 78% de tejido empresarial frente al 69% en la Unión Económica y Monetaria (UEM). Una razón es que hay barreras o cargas que impiden a las empresas superar cierto tamaño sin incurrir en mayores costes y que Arce abogó por remover, junto a ciertas trabas a la unidad de mercado “que pueden estar limitando la creación de empresas y su crecimiento”.
Por ejemplo, algunos elementos regulatorios aumentan las cargas de las empresas cuando tienen más de 50 empleados, e implican, por ejemplo, la obligación de constituir un comité de empresa, de realizar los pagos por IVA con una frecuencia mensual, de no poder presentar las cuentas en formato abreviado, o de contratar a un auditor de cuentas.
El Banco de España aboga por fomentar la ganancia de tamaño empresarial también por razones financieras, ya que el tamaño es una barrera para acceder a la financiación en los mercados mayoristas y las hace más dependientes del crédito bancario.
Para ganar competitividad aconseja también replantear el diseño institucional del sistema educativo para mejorar el grado de formación de la población y hacerlo en las habilidades que demandan las empresas, además de fomentar el capital tecnológico, cuya carencia “es otro factor fundamental” de la baja productividad. A tal efecto recuerda que el peso de la inversión en actividades de investigación y desarrollo sobre el PIB español, tanto del sector público como del sector privado, es un 26% y un 54% inferior al del promedio de la UE, respectivamente.
REVISAR LOS CONTRATOS LABORALES
Otro aspecto a abordar es el mercado de trabajo, donde Arce indicó que existen áreas claras de mejora, aunque algunas “se corrigieron con las reformas del 2010-11 y 2012”, ya que adolece de una alta dualidad, fuerte desempleo y la tasa de temporalidad supone el 25,2% del empleo total frente al 13,9% registrado en los demás países de la UEM.
Según indicó, la alta precariedad “contribuye a las tasas de desempleo más elevadas de la UE” y a una fuerte volatilidad en los flujos de contratación y despido, siendo los contratos temporales los que sufrieron, por ejemplo, en marzo y abril tres de cuartas partes de la destrucción de contratos.
A juicio del Banco de España, atajar esta situación requiere “una revisión del sistema de contratos”, con mecanismos del tipo de costes de despido crecientes “como se llegó a valorar en su día con el contrato único” y para reducir la rotación laboral y fomentar la inversión en capital humano.
MAYOR FORMACIÓN PARA MEJORAR LA EMPLEABILIDAD
Arce abogó por explorar también mecanismos “como la famosa mochila austriaca”, además de defender que se mantengan con un adecuado funcionamiento los mecanismos de flexibilidad interna que permita adaptarse a la situación específica de cada empresa.
El organismo aboga por impulsar además la formación de los trabajadores y las políticas activas de empleo para dotar a los empleados, muchos de ellos que han perdido ahora su trabajo, de “nuevos conocimientos y nueva formación” para “incrementar su empleabilidad”.
En materia fiscal aboga por la “necesidad de mantener el estímulo fiscal a corto plazo” para mantener las rentas y garantizar “una recuperación más temprana y más vigorosa”. “Es imprescindible dar una respuesta fiscal a corto plazo contundente”, defendió Arce, con especial énfasis en ayudar a los colectivos más vulnerables.
Pero al mismo tiempo alentó a “ir pensando y diseñando y comunicar una estrategia a medio plazo sobre cómo reducir el elevadísimo nivel de deuda con el que vamos a salir de esta crisis”. Según detalló, con solo aplicar el ajuste estructural que impone el Pacto de Estabilidad y Crecimiento la economía podía bajar el peso de la deuda pública por debajo del 100% “en una década”, frente al 115-125% que podría alcanzar por culpa de la crisis y el mercado y los inversores lo valorarían.
Entre los retos de la economía apuntó además el del envejecimiento de la población, la desigualdad, que puede crecer además fruto de la actual crisis, y donde el Banco de España apoya el establecimiento del ingreso mínimo vital, pero pide que se controle para que tenga los incentivos adecuados a la incorporación laboral y no sea un desincentivo a buscar trabajo.
Otros retos que también cree que deben programarse es el cambio climático y la descarbonización de la economía, algo donde Arce cree que el revulsivo será la fiscalidad a través de subvenciones y a través de impuestos. Asimismo, indicó que el Banco de España ve con preocupación “las posibles amenazas contra el proceso de globalización” o las potenciales “tentaciones proteccionistas” que están emergiendo con la crisis como la tentación a repatriar industrias y plantas de producción.
(SERVIMEDIA)
30 Jun 2020
ECR/gja