El Ejecutivo comparte muchos de los movimientos de protesta que han tenido lugar en EEUU tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en la ciudad de Minneapolis.

No obstante, lamenta que parte de este descontento haya empezado a canalizarse hacia las estatuas de personajes que forman parte de la historia de Estados Unidos, de España y del legado hispánico en suelo estadounidense y a los que “no se asociaría con la discriminación racial”, como reconoció la propia ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, esta semana.

Por ello, según informaron fuentes diplomáticas, en los últimos meses se ha intensificado la promoción y defensa del legado español en EEUU a través de la organización de eventos y participación en actos “que buscan poner en valor nuestra historia compartida”.

Entre ellos, se encuentra el Foro España-EEUU celebrado en San Antonio el pasado noviembre para reconocer la “impronta” española en la Constitución estadounidense, la participación del embajador y del resto de miembros de la Embajada en actos y eventos por todo el país o la organización de encuentros organizados por la misión diplomática de España en Washington.

A su vez, la Embajada y los consulados han llevado a cabo una intensa labor académica y de promoción de la presencia de España en EEUU mediante la organización de conferencias, exposiciones, la aparición de textos en publicaciones y la difusión de mensajes en redes sociales.

A ello se suma que España ha enviado cartas y comunicaciones a las autoridades locales, estatales y federales en las que muestra una “defensa activa de nuestro legado”, sin ánimo de “interferir en otros debates internos que se están produciendo”.

La propia González Laya ha defendido que un instrumento de diplomacia cultural de enorme utilidad para difundir el legado español en EEUU es el Instituto Cervantes, que este año abrirá una sede en la ciudad de Los Ángeles.