Las obras permitieron subsanar determinadas patologías asociadas a los revestimientos interiores de la estación (tabiquería, paneles verticales, falsos techos, etc.). Estos trabajos, realizados por la vía de emergencia, se llevaron a cabo con el objetivo de garantizar la máxima seguridad a los viajeros y empleados en la estación. Finalizadas estas actuaciones, la estación puede reabrir con todas las garantías.

Las obras contaron con una inversión de cerca de 300.000 euros. Durante el tiempo que han durado, el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid ha ofrecido un servicio gratuito alternativo de autobuses, con una lanzadera cada 15 minutos, para paliar en la medida de lo posible las molestias a los usuarios de este servicio.

Los mecanismos de control y evaluación que mantiene Metro de Madrid en la estación por sus características (debido a los problemas que generan las aguas subterráneas que discurren por la zona) permiten al suburbano madrileño garantizar la seguridad y llevar a cabo los trabajos oportunos que se estiman necesarios en cada momento, atendiendo a los informes de seguimiento.

No obstante, y aunque hayan finalizado estas obras, en los próximos meses será necesario llevar a cabo una segunda fase de trabajos para resolver los problemas que el terreno existente en la zona pudiera provocar. Metro de Madrid ya está trabajando en la planificación de estos nuevos trabajos.