Coronavirus
'The Economist' considera que Reino Unido tiene “el gobierno equivocado” para la crisis del Covid-19
- Critica la demora en la toma de decisiones sobre el cierre del país y las pruebas
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El semanario británico 'The Economist' publica en su última edición un artículo en el que critica al gabinete de Boris Johnson y considera que es “el gobierno equivocado” para afrontar la crisis del Covid-19.
En concreto, la publicación denuncia la demora en la toma de decisiones desde el número 10 de Downing Street, señalando que “mientras los británicos se juntaban para divertirse e infectarse entre sí, Europa se estaba cerrando”.
En este sentido, el artículo recuerda que el 7 de marzo se disputó un partido de rugby entre Inglaterra y Gales con una asistencia de 81.000 personas entre las que se encontraba el primer ministro; que el 11 de marzo 52.000 personas, 3.000 de ellos procedentes de España, asistieron al partido de Champions League entre Liverpool y Atlético de Madrid; o que 252.000 personas fueron el 13 de marzo a la carrera de obstáculos del Cheltenham Festival.
Mientras tanto, 'The Economist' recuerda que Italia entró en cierre total el 9 de marzo, que Dinamarca lo hizo el día 11, España el 14 y Francia el 17, mientras que Reino Unido no lo hizo hasta el 23.
Asimismo, el semanario también critica la demora en aumentar las pruebas de contagio, detener las visitas a residencias, prohibir grandes eventos públicos, proporcionar equipos de protección personal a los trabajadores sanitarios o exigir el uso de la mascarilla en el transporte público.
“A medida que esta ola de la enfermedad disminuye, los británicos se preguntan cómo llegaron a tener la tasa de mortalidad general más alta de cualquier país del mundo rico, y por qué dejar el encierro está resultando tan difícil”, añade el texto, para acto seguido responder que “la evidencia hasta ahora sugiere que el Gobierno británico jugó mal una mala mano”.
Así, 'The Economist' considera que “ahora está claro que los científicos de Gran Bretaña inicialmente abogaron por un enfoque equivocado al aceptar que la enfermedad se propagaría a través de la población, al tiempo que protegía a los vulnerables y al servicio de salud”. A este respecto, menciona que, según el epidemiólogo Neil Ferguson, “si Gran Bretaña hubiera cerrado una semana antes, al menos la mitad de las aproximadamente 50.000 vidas que se han perdido se habrían salvado”.
Además, asegura que “el Gobierno debería haber investigado el consejo de los científicos más profundamente” y que “incluso después de que la evidencia cambiase y quedara claro que el país se dirigía a la catástrofe, el Gobierno tardó en imponer el tipo de bloqueo que se observaba en toda Europa”.
Por otro lado, la publicación destaca que los investigadores británicos “han estado a la vanguardia de la carrera para encontrar medicamentos y crear vacunas contra la enfermedad”, indicando que el 16 de junio un ensayo realizado por la Universidad de Oxford “fue el primero en identificar un medicamento que salva vidas”.
Además, también resalta que “la reorganización del Servicio Nacional de Salud puso fin a los temores de que se vería abrumado”.
Sin embargo, denuncia que “el gobierno ha desperdiciado el producto más preciado en una crisis: el tiempo” y apunta que “en un sistema federal, como el de Estados Unidos, las fallas del gobierno central pueden ser mitigadas por las autoridades estatales y locales” pero que “en un sistema centralizado, no pueden”.
Por todo ello, el artículo asegura que entre las víctimas del Covid-19 se encuentra “la confianza pública”, y apunta que “mientras el mundo espera una vacuna, esta falta de confianza hará que manejar la enfermedad sea mucho más difícil”.
“La dolorosa conclusión es que Gran Bretaña tiene el tipo de gobierno equivocado para una pandemia y, en Boris Johnson, el tipo de primer ministro equivocado”, concluye.
(SERVIMEDIA)
20 Jun 2020
IPS/pai