Así lo desvela un estudio que la compañía de investigación de mercados y de opinión Ipsos ha llevado a cabo en 26 países para testar las opiniones globales en relación con la crisis de los refugiados y que fue publicado este viernes tras analizar los resultados de las entrevistas realizadas entre el 22 de mayo y el 5 de junio a una muestra de 17.997 adultos de 18 a 64 años de edad en los Estados Unidos, Sudáfrica, Turquía y Canadá y de 16 a 64 años de edad en todos los demás países.

La última entrega de este informe de periodicidad anual, publicado coincidiendo con la conmemoración, este sábado, del Día Mundial de los Refugiados, también revela que España se sitúa como el tercer país a nivel mundial en el que más ciudadanos creen en el derecho de las personas a buscar refugio en otros países, incluido el suyo (79%), sólo por detrás de Suecia (81%) y Países Bajos (80%).

No obstante, la mitad de los españoles piensa que los refugiados que llegan a España “no lo son” o que vienen nada más que por las “ventajas” de su sistema, un porcentaje siete puntos por debajo de la media mundial que les lleva a ocupar los últimos puestos del ranking mundial en este sentido.

Preguntados por la integración de estas personas en la sociedad española, el 41% cree que aquellos que ya han llegado a España se han integrado “con éxito”, mientras que un 47% piensa que no lo han hecho.

Ante la pregunta de si España debe seguir con la misma política de fronteras abiertas tras la crisis del coronavirus, el 49% de los españoles cree que no y que se deberían “cerrar más a partir de ahora”, mientras que atendiendo al presupuesto que destina el Gobierno para la ayuda a este colectivo un 43% piensa que se debe “reducir”, un 31% lo dejaría igual y un 12% lo aumentaría.

OPINIÓN EN EL MUNDO

A nivel global, siete de cada diez ciudadanos creen que todo el mundo debería tener derecho a refugiarse en otros países, incluido el suyo, mientras que el año pasado únicamente pensaba así un 61%. Además, el 45% piensa que los que ya han llegado a su país se han integrado “satisfactoriamente”.

No obstante, casi un 60% cree que la “mayoría” de los refugiados que hay en su país “no lo son realmente” y que sólo quieren vivir en él por razones económicas o para “beneficiarse” de los servicios de salud u otras ventajas del Estado de bienestar, un dato que, según el estudio, ha subido en siete puntos desde 2017.

De modo complementario, el 49% está a favor de cerrar las fronteras de su país al creer que este “no puede aceptar más refugiados en este momento”, opinión que se ha ido incrementado desde 2017, cuando solo un 39% estaba de acuerdo con ello.

Tras la crisis sanitaria, el 49% de la población ve necesaria una política “más restrictiva” de su país con la apertura de sus fronteras tras la pandemia. Además, dos de cada cinco ciudadanos quieren que su país disminuya la cantidad que gasta en apoyar a los refugiados debido al coronavirus, aunque un tercio piensa que la cantidad debe permanecer igual y uno de cada diez desea que aumente.