Así se recoge en un informe de la federación europea Transport Environment (T&E), de la que forman parte las entidades españolas Ecodes y Ecologistas en Acción. El documento, difundido este martes, recoge las últimas evidencias científicas y estudios técnicos sobre los coches a GNC, que señalan que estos vehículos contaminan el aire con partículas tóxicas, por lo que no son tan limpios como parece.

En España, estos vehículos llevan la etiqueta ECO, que permite su acceso privilegiado a zonas de bajas emisiones impulsadas en algunas ciudades, las cuales podrían ser obligatorias antes de 2023 gracias a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, ahora en fase de tramitación parlamentaria. Algunas comunidades autónomas ofrecen subvenciones para su compra y muchos ayuntamientos conceden descuentos en el pago del impuesto de circulación.

Según los resultados realizados en cinco pruebas de laboratorio, los automóviles con GNC emiten entre 9.000 millones y 900.000 millones de partículas por kilómetro. El informe también analiza furgonetas de gas, camiones y autobuses.

PARTÍCULAS ULTRAFINAS

Además, los vehículos a gas emiten un gran número de partículas ultrafinas, consideradas como las más dañinas para la salud humana, ya que penetran profundamente en el cuerpo, y están relacionadas con el cáncer cerebral. Al contrario de lo que sucede con los vehículos diésel y gasolina, no existe una regulación del número de partículas para los vehículos de gas.

"La industria del gas convenció a los legisladores de que los vehículos a GNC eran la solución a nuestros problemas de calidad del aire, pero en realidad son cualquier cosa menos vehículos de bajas emisiones. Arrojan partículas tóxicas como cualquier otro motor de combustibles fósiles y deberían estar prohibidos en las zonas de bajas emisiones de nuestras ciudades. El compromiso de España con la neutralidad de carbono erosiona cualquier justificación para mantener tanto los incentivos fiscales como los incentivos a la compra", apuntó Isabell Büschel, directora de T&E España.

Por otro lado, el informe indica que los vehículos que funcionan con GNC también liberan grandes cantidades de amoníaco que, a su vez, contribuyen a la contaminación por partículas. Las pruebas en carretera sobre el último estándar de automóviles y camiones de gas natural comprimido encontraron que pueden emitir hasta 20 mg/km y 66 mg/km de amoníaco, respectivamente. Actualmente, los automóviles y las furgonetas no están sujetos a un límite de emisión de amoníaco.

“Los coches a gas y otros vehículos a GNC no tienen beneficios para el clima y contaminan el aire que respiramos. Los gobiernos deben centrarse en el transporte sin emisiones y dejar de gastar dinero público en infraestructura de gas y exenciones de impuestos para el gas fósil", recalcó Mónica Vidal, directora de políticas y gobernanza climática de Ecodes.

La coordinadora de transportes de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, destacó que "esta evidencia también muestra la necesidad de cambiar las etiquetas de la DGT, ya que un coche contaminante no puede ser calificado como ECO".