El director de Renta Variable, Mixtos y Empleo de Bankia Asset Management, Augusto Caro, explicó que “se trata de un fondo que tiene dos objetivos claros, uno es poner a disposición de los clientes de Bankia un vehículo por el que puedan invertir directamente en compañías y fondos que tienen un impacto positivo en las temáticas señaladas, y otro, igual de significativo, es que a través de esta inversión además pueda obtener una rentabilidad importante y acorde a un fondo de renta variable”.

Dichas temáticas tienen que ver con los cinco objetivos de inversión de Bankia Futuro Sostenible, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que son agua limpia y saneamiento, alimentación y lucha contra el hambre, salud y bienestar, cambio climático y medioambiente, además de pobreza y desigualdad.

Así, además del ahorro de 132 toneladas de dióxido de carbono en 2019, Bankia Futuro Sostenible permitió un ahorro de 710.000 kilovatios por hora; de 7.000 metros cúbicos de agua, equivalentes a dos piscinas olímpicas; de 539 horas de formación, y de 329.203 kilovatios de energías renovables, que equivaldrían al consumo medio de 33 hogares españoles al año.

Bankia Futuro Sostenible, que invierte en renta variable, nació en julio 2017, cuenta con 37,2 millones de euros de patrimonio y 2.210 partícipes y está integrado por compañías con impacto directo en los ODS seleccionados, mientras que su fondo de renta fija mixta, Bankia Mixto Futuro Sostenible se lanzó en octubre de 2019, cuenta con un patrimonio de 23,8 millones de euros y 1.077 participes. Este fondo se enfoca en bonos verdes, crédito de compañías con impacto en los ODS marcados, renta fija en Gobiernos ‘best in class’ y bonos de impacto social.

Bankia Futuro Sostenible cuenta con el asesoramiento independiente de Portocolom, una empresa que colabora con Bankia para seleccionar compañías y emisiones de bonos verdes que impacten en los ODS marcados, en análisis del cumplimiento del ideario ético de la cartera de inversión directa e información y elaboración del informe de impacto del posicionamiento del fondo.

El proceso de inversión se destina entre 40 y 60 compañías y entre 20 y 25 fondos. Portocolom proporciona la base de datos con el universo de compañías y fondos de inversión que pasan un primer filtro según criterios éticos, sociales y medioambientales.

A partir de ahí, ambas entidades analizan la liquidez, capitalización bursátil y mercado de cotización de las compañías y fondos y prescinden de aquellos valores “con capitalización menor a 500 millones de dólares, un ‘free float’ inferior al 50% y que tengan poca cobertura de análisis”.

Asimismo, la gama Futuro Sostenible de Bankia descarta “aquellas gestoras sin un equipo gestor y de análisis específico en las temáticas elegidas y los fondos con gestoras con un volumen bajo gestión inferior a 50 millones de euros y un histórico inferior a dos años”.

Tras ese primer filtro, Bankia elabora un ranking de empresas en base a criterios fundamentales y perspectivas y selecciona a aquellas con crecimiento, productos competitivos, valoración atractiva y un balance lo suficientemente sólido. En este segundo filtro prescinden de las compañías situadas en el tercer y cuarto cuartil de la lista de elegibles.

De ese modo, y según los cinco ODS marcados por Bankia, el 39% de la distribución de fondos se destinaron a cambio climático y medioambiente; un 25%, a agua limpia y saneamiento; un 21%, a salud y bienestar; un 11%, a alimentación y lucha contra el hambre, y un 4%, a pobreza y desigualdad.

A nivel sectorial, el 19,1% de los fondos se destinaron a entidades de energía limpia, un 18,1%, de eficiencia energética; un 13,7%, de infraestructura de agua, y un 8,2%, de medicamentos, entre otras.

El 39% de esas inversiones se produjeron en Europa; un 45,9%, en Estados Unidos; un 6,4%, en Japón y en países emergentes, respectivamente; además de un 2,3%, en otros países.

La directora de Impacto de Portocolom, Ana Guzmán, señaló que “el objetivo perseguido por el informe de impacto es dar a los partícipes del fondo una aproximación real a la contribución de sus aportaciones a los Objetivos de Desarrollo Sostenible perseguidos por el fondo”.