En un comunicado, Asempleo explicó que la prolongación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de fuerza mayor ligados al Covid-19 y su desvinculación del estado de alarma contribuyen a “paliar el efecto (estadístico) sobre el empleo”.

Asempleo destacó que la regulación de los ERTE es “el principal elemento de incertidumbre en el mercado de trabajo” porque “es muy probable que su final se traduzca en una caída de la ocupación y en un aumento del desempleo, dado que muchas empresas no serán capaces de reabsorber a todos sus empleados llegado ese momento”.

Dado que todo apunta a nuevas prolongaciones de los ERTE, al menos en hostelería y comercio, según Asempleo, el indicador de esta patronal refleja una reducción en la destrucción de empleo esperada a lo largo de 2020, “si bien las tasas de crecimiento interanuales serán negativas durante todo el año a causa del fuerte ajuste en el empleo producido en marzo”, del -3,8% en junio, del -4% en julio y el -4,3% en agosto.

El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, afirmó que los registros de mayo “confirman que la destrucción de empleo más allá de los ERTE se frenó en abril y ha comenzado a revertirse” y que los sectores que más rápido ajustaron sus plantillas al inicio de la pandemia son también los que, haciendo uso de la contratación temporal, más están contribuyendo a la recuperación.

“Cabe esperar que a medida que se avance en normalizar el funcionamiento de la economía esta tendencia se mantenga”, según Cruañas, quien también alertó de que “es muy probable que una parte de los casi tres millones de trabajadores bajo ERTE no puedan reincorporarse después del 30 de junio” y eso “pesará” en las cifras de ocupación de la segunda mitad del año.