Cae en Alicante una banda de lituanos que distribuía marihuana por toda Europa

MADRID
SERVIMEDIA

La Guardia Civil ha desarticulado en la provincia de Alicante una banda de ciudadanos lituanos que se dedicaba a recolectar y distribuir marihuana por España y el conjunto de Europa, al tiempo que enviaba los beneficios del tráfico a Lituania.

Según informó este sábado el Instituto Armado, en la 'operación Chonko' han sido detenidas 8 personas -5 hombres y 3 mujeres-, todos de nacionalidad lituana. Entre los arrestados estaba el cabecilla de la red, que dirigía parte de la actividad delictiva del Levante español, y contra el que Lituania hay dictado una orden internacional de detención.

La operación ha sido desarrollada en las localidades alicantinas de Albir-alfaz del Pi, Polop, La Nucía y Denia, donde han sido intervenidas 249 plantas de marihuana, 42 kilogramos de marihuana envasada y 100 gramos de hachís, todo ello con un valor aproximado en el mercado ilícito de más de 74.000 euros.

A los arrestados también se les han intervenido diversos vehículos, como dos coches de alta gama valorados en un total de 240.000 euros, dos motocicletas y una moto de agua. También tenían 72.060 euros en efectivo, documentos falsificados, material informático y telefonía de última generación.

PROTEGIDO POR UN LUCHADOR

La operación se inició cuand la Guardia Civil detectó a un miembro de la banda en un control por llevar un pasaporte falso. Ante las sospechas que generó esto a los agentes, se procedió al registro de su vivienda, un chalet de lujo ubicado en el Albir-Alfaz del Pi (Alicante).

El análisis de la documentación encontrada en esta vivienda permitió obtener información sobre esta organización delictiva, que resultó ser un grupo altamente especializado en la elaboración, recolección y distribución de marihuana por España y por Europa, cuyos beneficios económicos se mandaban a Lituania.

Al mando de esta banda estaba un huido de la Justicia lituana, obsesionado con su seguridad y medidas de autoprotección, quien ejercía su poder en todo el Levante español, bajo un mandato férreo y disciplinado respecto de sus subordinados. Este delincuente atribuía a cada miembro una función: de testaferro, de encargado del montaje de la plantación o de su cuidado.

Entre las medidas de seguridad que adoptaba el presunto cabecilla estaba la de ir siempre acompañado de un guardaespaldas que se trataba de un experto luchador de artes marciales mixtas conocido a nivel europeo, y en la vivienda estaba dotada de un complejo sistema de videocámaras y perros de raza peligrosa.

(SERVIMEDIA)
06 Jun 2020
NBC