Garicano compareció ante el grupo de trabajo de Unión Europea de la comisión de reconstrucción creada en el Congreso de los Diputados y ante los portavoces de todos los grupos políticos pidió aparcar lo que llamó “temas cuña”, los que marcan las diferencias entre unos y otros, generan polémica y dificultan los acuerdos.

Alertó de que la Unión Europea “no es un cajero automático” y los miles de millones que, si la propuesta de la Comisión Europea sale adelante, llegarán a España, suponen una “oportunidad histórica” para emprender las reformas que permitan a España adaptarse realmente al siglo XXI.

Garicano sugirió cinco ejes en los que, en su opinión, debería basarse ese plan en el caso español, el primero de los cuales es crear empleo de calidad vinculado a la digitalización, reduciendo la temporalidad y conjurando el riesgo de que la digitalización, que se va a acelerar tras la pandemia, destruya más empleo del que cree.

El segundo eje es la educación, sobre la premisa de que el confinamiento ha incrementado la brecha entre los niños de familias con rentas altas y los de rentas bajas, un crecimiento de la desigualdad en un terreno en el que el escenario ya era negativo.

Un tercer eje sería la transición ecológica y la economía de verde, y en ese terreno alertó de que en el plan presentado por el Gobierno falta la apuesta por la innovación verde.

Garicano apuesta también por devolver a la sanidad pública española el liderazgo mundial, una vez que la pandemia ha dejado a la luz “tres carencias muy importantes”, en materia de recogida y gestión de datos, de capacidad de camas y de UCI, y de innovación.

Finalmente, como último eje, considera necesario reforzar la eficacia de los servicios públicos, despolitizando la administración. “Tenemos que recuperar la confianza en las instituciones”, alertó, porque sin esa confianza España podría “perder el tren por cien años” y acumular un retraso histórico. “Esas cosas pasan”, advirtió, recordando que Venezuela era un país más rico que Noruega en los años sesenta del siglo XX.

En la respuesta a los portavoces, Garicano subrayó la necesidad de garantizar el acceso a banda ancha de Internet al cien por cien de la población en todo el territorio, ya que en el siglo XXI debe ser un derecho “como comer o tener agua”, más teniendo en cuenta que ante un confinamiento el acceso a la red es la conexión con el mundo.

Garicano se mostró convencido de que el marco emanado del Pacto de Estabilidad está “muerto y enterrado” y no es previsible que haya que ir a un escenario de recortes traumáticos, pero sí alertó de que tiene que haber reglas y de que es necesario mantener la prudencia y la unidad interna. “No es el momento de poner en cuestión la reforma laboral”, precisó.