Así lo manifestó durante una entrevista en ‘Los Desayunos de TVE’ recogida por Servimedia, en la que consideró “normal” que el ahorro familiar haya aumentado durante la pandemia y subrayó que, con la llegada de la “nueva normalidad, veremos si se puede producir una reactivación de la economía”.

A este respecto, animó a quien “pueda” veranear, a que lo haga dentro del país para “reforzarnos entre todos” y afirmó que si él tuviera la oportunidad de hacer turismo, “haría un turismo nacional. “Para apoyar a los empresarios del país que van a tener una pérdida importante de ingresos como consecuencia de la ausencia de mucha llegada de turistas”, aseguró, consciente de que “ayudar a nuestro país es lo mejor que podemos hacer en momentos como este”.

No obstante, estimó “obvio” que hay un sector de la población “muy importante y que está especialmente perjudicado por esta crisis y por la detención de la actividad productiva”, al que el Ejecutivo ha “dirigido” su “escudo social”.

“No sólo es para que la gente llegue a fin de mes, sino también porque ese dinero se va a emplear en gastarlo en la pequeña y mediana empresa del barrio y va a permitir reactivar la economía y el empleo”, sentenció, al tiempo que recordó que la reactivación económica y del turismo “dependen en gran medida” de las fases de la desescalada.

TRES DIMENSIONES

El titular de Consumo defendió que la actividad turística está basada en “tres dimensiones” y, en este sentido, aseveró que cuando la crisis sanitaria lo permita, el regreso a la “nueva normalidad” incluirá también a la actividad económica, incluido el turismo.

“Eso es algo que mucha gente está esperando, porque el impacto sobre el turismo está siendo especialmente agudo por razones evidentes”, agregó, al tiempo que insistió en que el sector turístico es “muy importante” para la economía española ya que representa en torno al 12% del PIB y ha sufrido unas pérdidas "muy importantes”, por lo que urge “mitigarlas en la medida de lo posible”.

Junto a ello, la “tercera dimensión” a la que aludió hace referencia a que la pandemia “nos obliga a reinventarnos” y establecer las líneas de trabajo que permitan a España, “dentro de cinco, diez o quince años”, ser un país “con mejores salarios, que no tenga la precariedad que tiene hoy en día y capaz de enfrentarse a eventos similares a los que hemos tenido que enfrentarnos en los últimos meses”.

“A eso aludía cuando hablaba de hacer un cambio estructural”, abundó, en referencia a las críticas que recibió tras asegurar que el sector turístico español tiene “poco valor añadido”. “Si nosotros tenemos salarios peores que los de Alemania no es porque seamos más vagos, es porque Alemania tiene una estructura productiva especializada en sectores de alta tecnología, de alto conocimiento”, incidió.

Por ello, instó a “aprender de esa experiencia, invertir en innovación y desarrollo y en ciencia y ser capaces de reindustrializarnos por esa vía de apoyar a ese tipo de sectores que funcionan como motor de la economía”. Una “reinvención” que, a su entender, “implica hacer cambios” a los que sectores “absolutamente minoritarios es posible que se resistan y que prefieran el modelo anterior, que en todos los sectores siempre ha incluido una precariedad muy elevada”, denunció.

“Yo aspiro a que España pueda dejar atrás la precariedad”, advirtió, consciente de que dicha “reinvención” exige “acuerdos con todos los actores, con empresas, actores sociales y, desde luego, los actores políticos”. “Ojalá hubiera un clima mejor para abordar esto que, a lo mejor, no es urgente pero es lo importante porque es lo que nos va a permitir que las generaciones futuras vivan mejor que las de hoy”, sentenció, al tiempo que deseó que esta "reflexión necesaria" pudiera plantearse “sin ser utilizada de forma absolutamente tergiversada para atacar al Gobierno”.

“Nosotros tenemos que fortalecer los sectores que ya tenemos, proteger el empleo que ya tenemos, pero aspirar a que no dependamos de un único sector, ni siquiera de dos sectores”. “Tenemos que ser capaces de tener una economía diversificada donde los sectores de alto componente tecnológico y alta intensidad de conocimiento son los tractores de la economía”, dijo, convencido de que “cualquier país desarrollado son países que están muy diversificados y no dependen solo de un único sector”.

Después de subrayar que ese es "el debate central y no estas cosas de regate corto en las que, desgraciadamente, muchas veces nos metemos”, incidió en que esa “estrategia de cambio estructural” debe ir “encaminada” a “reforzar los sectores de alto contenido tecnológico” así como a “elevar la calidad y preferenciar la calidad sobre la cantidad” como ocurre en segmentos turísticos “de mucho valor añadido”.

Tras indicar que “ese es el camino”, animó a “entender que son transiciones lentas, cuestiones del ciclo económico que van más allá del ciclo político".