La ONG mantendrá sus actuaciones en países con sistemas de salud frágiles y se centrará en poblaciones de especial vulnerabilidad.

Durante más de dos meses, la organización médico-humanitaria ha asesorado a autoridades y profesionales de la salud en España, ha contribuido a aumentar la capacidad de los hospitales mediante la instalación de unidades temporales de hospitalización y ha apoyado a residencias de mayores, con formación específica y protocolos de gestión.

Según apuntó, el fin de la intervención llega en un escenario de desescalada y una vez superada la fase más aguda del coronavirus, "cuando el sistema sanitario se situó al borde del colapso". No obstante, MSF reiteró su llamamiento a las Administraciones para que "mantengan la vigilancia" e inviertan "los recursos necesarios", a fin de lograr un control efectivo de la epidemia y evitar nuevos brotes".

MSF reclamó la máxima atención y un trato digno a las necesidades de las personas mayores en las residencias, así como garantizar la protección del personal sanitario y no sanitario que "continúa en la primera línea, incluido el cuidado de su salud emocional".

Según el presidente de Médicos Sin Fronteras España, David Noguera, “todo el mundo es consciente ahora de lo que esta epidemia significa para las franjas más vulnerables de la población, como las personas mayores en las residencias. "Sería inaceptable que nuestro sistema no esté ahora más preparado para evitar que se repitan situaciones trágicas y fallecimientos", prosiguió, o que no se trabaje para reducir el grave impacto en la salud física y mental sufrido por las personas en esos centros", donde residen 260.000 mayores y han muerto más de 19.000. "La dignidad de las personas más vulnerables de nuestra sociedad tiene que ser nuestro horizonte común”, concluyó.