Así lo indicó durante una entrevista en TVE recogida por Servimedia tras las caceroladas de los últimos días en distintos puntos de la capital, donde informó que no ha participado en ninguna, pero consideró legítimo que todos aquellos que quieran participar lo hagan, “siempre dentro de las normas del estado de alarma”.

En este sentido, comentó que se trata de un movimiento de la sociedad, por lo que los políticos “no debemos tratar de arrogarnos ese movimiento”. De este modo, añadió, “no conviene que el líder de ningún partido, que ya ha dicho que lo va a llevar al Congreso de los Diputados, se apropie de este movimiento pacífico de protesta de los ciudadanos”.

Preguntado por si la distancia social se está respetando en dichas concentraciones, Almeida respondió que hay “presencia intensiva” de las Fueras y Cuerpos de Seguridad del Estado, que están realizando su trabajo y que son quienes determinan si se están respetando las distancias de seguridad.

En este punto, comentó que “no conviene estigmatizar en ningún momento a quien protesta, porque la protesta es legítima y más en una democracia, por su condición, clase o posición personal o social, como se está haciendo”.

“Aquí todos los españoles, con independencia de su situación, tienen derecho a protestar. No tienen más unos u otros, todos están exactamente en la misma situación en el ejercicio de sus derechos civiles”, recalcó el alcalde de Madrid.

DERROCAR AL GOBIERNO

En cuanto a las palabras del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que acusó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de alertar las caceroladas, Almeida opinó que no iba a decir nada de ese tema, pero sí criticó que Ábalos dijese que Ayuso, con las caceroladas, pretendía derrocar a un Gobierno.

“Es un lenguaje muy peligroso y más en un ministro de un Gobierno”, afirmó Almeida, quien añadió que “derrocar tiene unas determinadas connotaciones”. En este sentido, añadió que “vivimos en una democracia y derrocar quiere decir que se pretende, por medio de hechos violentos, tratar de echar abajo un Gobierno”. Por ello, lo consideró una “imputación muy grave” a una presidenta de una comunidad autónoma.

Además, el alcalde de la capital reiteró “se está criminalizando” a todos los que participan en las protestas que, por ahora, son “absolutamente pacíficas” y donde no hay ningún tipo de incidente.

Por ello, Almeida exigió al ministro más “prudencia”, porque “no se puede usar ese verbo por las connotaciones que tiene”. Así, le pidió que no use “lenguaje de enfrentamiento” y le recomendó que busque lenguaje “para unir”. “Cuando usa el verbo derrocar es muy peligroso e irresponsable”, concluyó.