Coronavirus

Vox e Iglesias vuelven a intercambiarse lecciones de democracia sobre el trasfondo de las personas mayores fallecidas

MADRID
SERVIMEDIA

La diputada de Vox María de la Cabeza Ruiz Solás, y el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, volvieron a intercambiarse este miércoles lecciones de democracia y acusaciones de no respetarla tras reprocharle ella a él una vez más las personas mayores que han fallecido en residencias por el coronavirus

Ruiz Solás e Iglesias protagonizaron una interpelación en la sesión de control al Gobierno que prolongó y se pareció mucho a la que ambos compartieron hace dos semanas. De hecho, Vox decidió ayer mismo reconvertir a este formato más amplio lo que inicialmente registró a modo pregunta, y fue Ruiz Solás quien planteó la interpelación ya registrada el jueves con el enunciado de si Iglesias “pretende utilizar la actual crisis para debilitar los fundamentos de la democracia española”.

Pese a ese enunciado genérico, hoy también el tema concreto de los mayores en las residencias fue el punto de partida del intercambio, pero de nuevo se mezcló con críticas teóricas a la ideología de una y otro y de la diputada de Vox al talante supuestamente sectario del vicepresidente.

El nexo entre un capítulo y otro fue la frase con la que Iglesias cerró la interpelación del otro miércoles: “España, como en el siglo XX, se quitará de encima la inmundicia que ustedes representan”.

Ruiz Solás partió de él para calificar de “preocupante” que el vicepresidente, “en lugar de responder a las cuestiones” que le planteó sobre los ancianos de las residencias, actuara ”perdiendo absolutamente los papeles” y “olvidando que no está aquí para hacer oposición a la oposición” ni atacar a cuatro millones de españoles, los votantes de Vox, a quienes como gobernante también “tiene obligación de proteger”.

NO VENGANZA, SINO EXPLICACIONES

“No vengo con ánimo de venganza, sino para pedirle explicaciones”, aseguró, insistiendo en sus críticas de que no se sacara a los ancianos de las residencias a hospitales y preguntando para qué sirvió el ataque de Iglesias a Vox si dos semanas después ya van 17.500 muertos sin contar las residencias de Andalucía, País Vasco, La Rioja y Aragón.

Ruiz Solás alegó que su obligación como oposición es “exponer los datos” y “exigir responsabilidades”, pero seguidamente pasó a devolver personalmente a Iglesias su acusación a Vox de “politizar el dolor” como herramienta para cambiar la realidad por la que los comunistas quieren. Y le retrató como un líder que prefiere “buscar culpables sacando rédito político” y “demonizar a los que quiere destruir en lugar de poner los medios para solucionar los problemas”, para así “pescar en río revuelto”.

Un demócrata, afirmó, acepta los resultados electorales y “no pretende anular a su contrincante y subvertir el orden establecido”, ni “llama parásitos y miserables a los representantes de cuatro millones de españoles”, ni “amenaza con quitarse de encima a la tercera fuerza política de España”, ni “incita al odio al enfrentamiento recurriendo siempre a los mismos clichés para despertar los más bajos instintos: el rencor y la venganza”.

La diputada retó a Iglesias a comparar sus ingresos y casas con los de los diputados de Vox y le preguntó “a quién pretende engañar erigiéndose a estas alturas en el Robin Hood de los pobres” y terminó planteándole la pregunta que inicialmente registró Vox, antes de asignar a Ruiz Solás la interpelación: si “piensa cumplir la amenaza” de librarse de la “inmundicia” de Vox y “cómo”.

Abundando en ello, preguntó si los miembros de Vox tienen que tener miedo por ellos o por sus hijos, si les va a liquidar o ilegalizar, y “cuál es su plan para sacarnos del panorama político”. Y concluyó que “España se merece un vicepresidente que gobierne para todos y no lo haga “con tanto rencor”, pues “no tiene la culpa de su incompetencia ni de su frustración y no tiene por qué pagarlo con su odio”..

IGLESIAS

La respuesta de Iglesias fue esta vez de tono más suave y elaboración más sistemática que la de hace dos miércoles, pero de idéntico contenido. Aprovechando que Ruiz Solás había establecido lo que haría y no haría un demócrata, él estableció, en su línea ya habitual, lo que a su juicio son “las bases materiales que constituyen los derechos sociales”.

Así, fue enumerando la sanidad y la educación públicas, la justicia fiscal, las pensiones públicas, los derechos a a vivienda, al salario justo y a una suficiencia económica, la igualdad de hombres y mujeres y la intervención del Estado en la economía para primar el interés general. Y, afirmando que Vox ha apostado por sus privatizaciones, ha criticado el feminismo , tacha todo de “comunismo bolivariano” y ha votado contra la prohibición de desahucios, los ERTE y tacha de “paguita” el ingreso mínimo vital, concluyó una vez por cada tema: “Ustedes son un partido antidemócrata”.

Iglesias terminó identificando a Voz con la derecha tardofranquista que se opuso a la Constitución por incluir los derechos sociales, y generalizó que la democracia se ha construido siempre “contra el reaccionarismo y el fascismo” y como “movimiento de los más para poner límites a los privilegios de los menos”. Y concluyó: “Ustedes son la mayor amenaza para la democracia porque la democracia es la mayor amenaza para ustedes”.

RÉPLICA

En su réplica, Ruiz Solás catalogó de “curioso que un comunista declarado venga a hablarnos de democracia”, aseguró que Iglesias, a tenor de sus críticas, no conocía el programa de Vox o tiene demasiados prejuicios para entenderlo; rechazó que se le intentara identificar conel franquismo, presumió de tener más escaños y por tanto más autoridad para subir al estrado, y aseguró que el vicepresidente lo es sólo porque “ha aprovechado el ansia de poder” del presidente, Pedro Sánchez.

Además, le advirtió de que ahora no es “un líder revolucionario ni espiritual”, sino “miembro de un equipo de gobierno”; es decir, “un gestor” que ha de resolver los problemas, y no había “contestado a ninguna de la preguntas” sobre los ancianos. “Esto no es la Complutense”, subrayó. “No estamos para bromas ni para experimentos ideológicos”. Y remató que “gobernar le viene grande”, cuando, dijo, a Vox, sólo le “importa que haga bien su trabajo”.

Iglesias aprovechó la mención a la Complutense para atacar de nuevo a Ruiz Solás por el hecho de que hubiera estudiado en el centro privado San Pablo-CEU, como ya hizo en su primer turno. Aunque la diputada había respondido a la alusión destacando los esfuerzos que le costó a su padre pagarle allí los estudios, el vicepresidente puntualizó que “lo que define a la democracia” no es que algunos, con esfuerzo, puedan pagar a su hijo una universidad privada, sino que los que no tienen ninguna oportunidad por mucho esfuerzo que hagan, tengan disponible el acceso a una pública.

Finalmente, Iglesias volvió a reivindicar el papel del PCE en la democracia española frente a los “regímenes totalitarios” que supuestamente defiende Vox y terminó enfrentando la supuesta defensa del interés general que hace el Gobierno de coalición con la que haría el partido de Ruiz Solás de los especuladoers y fondos buitre. “Ustedes no son un partido español, sino que representan los intereses de quienes no tienen más patria que su dinero”, remató con otra de sus frases típicas.

(SERVIMEDIA)
13 Mayo 2020
KRT/gja