En esta ocasión, la junta se ha celebrado de forma telemática en la sede corporativa de la compañía en Madrid, bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria y con la sola presencia del personal indispensable.

Con esta cantidad, Repsol cumple, a pesar del contexto adverso, con el compromiso de retribución durante el año 2020 asumido en el Plan Estratégico vigente.

Además, la junta también ha autorizado el mantenimiento durante el año 2020 de la reducción de capital mediante amortización de acciones propias, dirigida a compensar el efecto dilutivo de la fórmula de scrip dividend.

Sin embargo, el Consejo de Administración decidió no incluir en el orden del día de la junta la propuesta de reducción del 5% de la cifra del capital social de la compañía a 31 de diciembre de 2018 que acordó en julio de 2019, debido a la actual situación de los mercados y las circunstancias sobrevenidas como consecuencia del Covid-19.

Por otro lado, la junta ha dado el visto bueno a las cuentas de 2019, cuando la compañía registró unas pérdidas de 3.816 millones de euros, como consecuencia de los ajustes contables realizados para sentar las bases de su nueva orientación estratégica, con la que persigue ser cero emisiones netas en el año 2050.

Sin este efecto, el resultado neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios de la compañía, alcanzó los 2.042 millones de euros, un 13,2% menos que los 2.353 millones del ejercicio anterior.

Dada la extraordinaria volatilidad e incertidumbre del mercado, Repsol decidió posponer la presentación del Plan Estratégico 2020-2025, prevista para el 5 de mayo, hasta el momento en que se vislumbre una mayor estabilidad social y de negocios.