Así lo concluye un informe realizado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, que pone de manifiesto el “diferente impacto” que la pandemia tiene sobre hombres y mujeres así como en las consecuencias de la misma, tanto económicas como sociales y familiares, según informó este viernes el departamento de Irene Montero a través de un comunicado.

El informe destaca que la sobrecarga del trabajo sanitario y servicios esenciales, la mayor responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados, la mayor pobreza y precariedad laboral y el aumento del riesgo de sufrir violencia de género son los “principales” factores que incrementan el “impacto” de la crisis sobre las mujeres.

Con respecto a la sobrecarga del trabajo sanitario y de servicios esenciales, el Instituto de la Mujer recuerda que en España, según la EPA, las féminas representan el 66% del personal en este sector y, en áreas como las residencias para mayores y personas dependientes, suponen el 84% del personal.

Además, son “mayoría” en sectores del comercio de alimentación y de los servicios de limpieza hospitalaria y de residencias, colectivos profesionales a los que se suman las empleadas de hogar y cuidadoras.

En el ámbito privado, el informe subraya que ellas también asumen la mayor parte del trabajo doméstico y el 70% de las tareas de cuidados y que a la “desigualdad y dificultad habitual” en materia de conciliación y falta de corresponsabilidad, se ha unido el cierre de centros educativos y el teletrabajo, circunstancias que aumentan su “sobrecarga”.

En cuanto a la implantación del teletrabajo, el informe apunta a que también debe establecerse teniendo en cuenta el enfoque de género y atendiendo al principio de “corresponsabilidad” y denuncia que “muchas” mujeres no pueden seguir trabajando debido a esta “compleja situación”.

En este punto, hace hincapié en que las familias monoparentales se han visto “especialmente afectadas” y en que, de ellas, ocho de cada diez están encabezadas por mujeres.

También son ellas las que sufren mayores tasas de pobreza y precariedad laboral, lo que, según el estudio, las sitúa en “peor situación” para afrontar una nueva crisis ya que, al hecho de trabajar en sectores muy golpeados por la crisis se une una brecha en la tasa de empleo femenina del 11,7% con respecto a la masculina.

El estudio se centra también en el colectivo de las trabajadoras del hogar, uno de los “más vulnerables” al contagio, la precariedad y desprotección y denuncia el incremento del riesgo de violencia de género y otros tipos de violencia contra las mujeres derivado de la situación de confinamiento.

Según Igualdad, los datos de llamadas y consultas online al teléfono 016 durante el periodo de confinamiento, difundidos por la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, “son una manifestación de este impacto” y por eso ha puesto en marcha el Plan de contingencia contra la violencia de género y un programa para garantizar los derechos de las víctimas de explotación sexual y en contexto de prostitución, con dificultades para acceder al sistema público de salud.