De acuerdo con estos datos, a finales de 1992 las empresas suinistradoras de equipos y componentes para automoción contaban con una plantilla de 184.502 trabajadores, que ha caído hasta 172.000 empleados a finales del año pasado.

La crisis no sólo se ha dejado notar en el empleo, sino también, como es lógico, en la facturación del sector, que ha caído un 14,4 por ciento en 1993. El año pasado, las empresas de componentes para automoción facturaron un total de 1.185.000 millones de pesetas en 1993, 199.545 millones menos que en 1992.

De esta cantidad, la maor parte procedió del suministro para montajes de vehículos a las empresas fabricantes, un total de 445.000 millones de pesetas, frente a los 692.069 millones de pesetas facturados por este concepto en 1992, lo que significó una caída del 35,7 por ciento.

Sin embargo, las ventas en el mercado de recambios de la industria española de equipos y componentes para automoción crecieron un 3,3 por ciento el año pasado, hasta situarse en un total de 120.000 millones de pesetas, 3.836 millones más que en 1992. El ejercicio 1993 también fue un mal año para las inversiones realizadas por este sector, que registraron una importantísima caída, del 82,9 por ciento, hasta situarse en un total de 3.000 millones, frente a los 17.500 millones invertidos en 1992.

Por lo que se refiere a las exportaciones de la industria española de componentes, tuvieron un comportamiento favorable en 1993, al crecer un 4,8 por ciento en 1993, aunque este aumento fue inferior al de 1992 (13,6 por ciento). El año pasado las ventasal exterior de este sector sumaron 670.000 millones de pesetas.

Las importaciones de equipos y componentes para el automóvil, aunque descendieron un 8,9 por ciento en 1993, continuaron siendo superiores a las exportaciones. El año pasado las importaciones de este tipo de productos ascendieron a 745.000 millones de pesetas, frente a los 818.116 del año anterior.

AMENAZAS A SANTANA

Por otra parte, Sernauto, que representa al 80 por ciento del valor total de la producción del sector, ha amenazadoSantana Motor con no suministrarle equipos y componentes hasta que pague los 2.500 millones de pesetas que adeuda a varias empresas asociadas a esta organización.

En declaraciones a esta agencia, el presidente de Sernauto, Antonio Escudero, manifestó que "estamos bastante molestos, y así se lo hemos manifestado a la dirección de Suzuki y al ministro de Industria, porque han ignorado a los proveedores durante toda la crisis de Santana".

Según Escudero, las industrias de compoentes proveedoras de antana no han recibido ninguna comunicación de la dirección de Santana sobre su decisión de suspender pagos o informándoles de la evolución de las negociaciones con el ministerio. "Nos hemos enterado de todo por la prensa", indicó.

Escudero aseguró que en el momento que se declaró la suspensión de pagos de Santana Motor, la empresa tenía facturas sin pagar de unas 50 empresas asociads en Sernauto por un importe total de 2.500 millones de pesetas. A su juicio, "lo menos que podía haber hecho Suzuki es irigirse a los señores a los que les debe ese dinero".

"Hay 2.500 millones de pesetas que no se sabe qué va a pasar con ellos, porque los interventores tampoco se han dirigido a los acreedores", indicó, al tiempo que dijo que "he insistido y sigo insistiendo con la dirección de Suzuki porque queremos que nos informen cuáles son sus planes para Santana".

Escudero explicó que las empresas de componentes asociadas en Sernauto no están suministrando a Santana desde que presentó la suspensión de pagosy "no lo van a hacer hasta que lleguen a un acuerdo con Suzuki o con la intervención judicial para que les paguen los 2.500 millones".

Según Escudero, podría darse el caso de que haya empresas proveedoras de componentes que no acepten la quita que les proponen y prefieran perder lo que Santana les debe y no seguir suministrándole componentes, "y entonces", se preguntó, "con qué van a montar los vehículos, porque no se puede sustituir a un proveedor por otro de la noche a la mañana".

El responsabl de Sernauto dijo que deberá ser cada empresa suministradora la que decida qué actitud adoptar ante Santana. No obstante, está convencido de que, "si se quedan, será muy difícil que una empresa siga suministrándole si no hay pago al contado, ya que no saben quien les va a pagar al haberse declarado en suspensión de pagos".

El presidente de Sernauto indicó que si Santana cerrara finalmente, las empresas asociadas a esta patronal perderían una cifra de negocio al año de unos 18.000 millones de pesetas, on el consiguiente efecto negativo para el empleo. "Me refieron a nuestras empresas", dijo, "no a los pequeños talleres que hay alrededor de Linares y que viven exclusivamente de Santana".