La pieza en la que se investigaba este supuesto cohecho forma parte de la llamada 'causa del 3%' sobre la presunta financiación irregular de Convergència Democrática de Catalunya (CDC). Según el auto del juez, Ribó no fue invitado en función de su cargo como Síndic, sino “por meras relaciones amicales”. Indica el juez que no se ha probado que existieran relaciones comerciales, empresariales o contractuales entre Ribó y Soler.

El Síndic de Greuges aseguró el pasado 18 de febrero al juez que no sabía quién pagó el viaje a la final de Champions de 2015, que se celebró en Berlín, y que corrió a cargo del empresario Jordi Soler. Insistió al magistrado en que la institución que dirige no le hizo ninguna adjudicación porque las contrataciones dependen directamente de la Generalitat.

Ribó compareció a petición propia a declarar en esta causa. Según su versión, nunca supo que el empresario corrió con los gastos de fletar el avión que les llevó a la capital alemana. Ribó explicó que fue él quien compró tres entradas para acudir a la final, acompañado de su esposa y su hija y se comprometió a entregar al juzgado los recibos de la transacción.

Ribó señaló al exdiputado convergente Ramón Camp como la persona que le informó de que en el vuelo en el que él iba a desplazarse había asientos libres y le invitó a sumarse. El Síndic se ofreció entonces a pagar el transporte entre el aeropuerto y el campo de fútbol, aunque le respondieron que no era necesario. También explicó al juez que a la vuelta se ofreció a pagar gastos del viaje a través de un correo electrónico enviado a Camp, pero sin aclarar más detalles.

Según Anticorrupción, fueron las empresas de Soler las que se hicieron cargo del pago de los casi 40.000 euros que costó el alquiler de un avión y los correspondientes traslados para acudir a la final de la Champion en Berlín, que jugó el Barça.