Así lo aseguró en una entrevista a TVE recogida por Servimedia, en la que la ministra achacó a “posiciones de partido” las diferencias entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, y no tanto “al contenido de la educación”. “No observo una distancia sideral”, recalcó la responsable de Educación del Ejecutivo, que insistió en que seguirá trabajando “en ese acuerdo global que serene el sistema educativo”.

En esta línea, subrayó que “todos los consejeros estuvieron con la filosofía del acuerdo” impulsado por Celaá para fijar unos criterios para el final de curso, entre ellos que no se alargaría a julio, que el tercer trimestre sería de repaso y que la evaluación se haría teniendo en cuento la promoción del alumno como norma general atendiendo a sus competencias básicas.

La ministra insistió en que los docentes serán quienes hagan “una evaluación integral” de los estudiantes, pues examinarles de los contenidos que tendrían que haber dado en el tercer trimestre sería “como ir a un servicio médico y que te hagan un tratamiento sin diagnóstico”.

Celaá también destacó que los estudiantes actuales pertenecen a una de “las pocas generaciones que han tenido la posibilidad de hacer un curso de aprendizaje acelerado” como consecuencia de las medidas educativas y sociales para frenar la pandemia. Por ello, dijo, cuando se haya superado “el primer elogio será para las familias y los estudiantes”, a los que pidió “que no se desanimen” porque tendrán “una evaluación que compense sus desvelos”, su “esfuerzo” y su “capacidad de aprendizaje”.