Así lo atestiguó el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Gestión Técnica del coronavirus en el Palacio de la Moncloa.

El general Villarroya confirmó que los militares colaborarán en el desmontaje de la infraestructura habilitada como morgue en el Palacio de Hielo de Majadahonda para acoger a fallecidos por el Covid-19, paso previo al "cierre definitivo" de esta instalación.

Esta infraestructura se habilitó hace diez días y se convirtió en la tercera morgue habilitada en la Comunidad de Madrid para facilitar la labor de los servicios funerarios, mitigar el dolor de las familias y la situación de los hospitales de la región, tras las erigidas en el Palacio de Hielo de Madrid y en el edificio del futuro Instituto de Medicina Legal de Madrid.

El Palacio de Hielo de Majadahonda cuenta con 1.800 metros cuadrados de superficie y, tras haber sido adaptado en tan solo 24 horas, se le dispuso para recibir alrededor de 440 fallecidos.

Por su parte, el Jemad detalló que hoy está previsto que un total de 7.349 miembros de las Fuerzas Armadas, incluyendo los efectivos de la sanidad militar, actúen en 224 localidades empeñados en la lucha contra el coronavirus.

Los militares continuarán con su labor de desinfección de infraestructuras críticas y servicios esenciales, como seis hospitales, 27 centros de salud y 97 residencias de ancianos.

También desinfectarán las instalaciones del recinto ferial de Ifema en Madrid, seis estaciones de ferrocarril, dos aeropuertos, el puerto y la estación marítima de Almería, Mercavalencia, los centros penitenciarios de Teruel y Cuenca y las marquesinas de las paradas de autobús en las localidades madrileñas de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.

A su vez, explicó que transportarán una donación de 10 toneladas de comida para el banco de alimentos de Sevilla, trasladarán viandas y otros recursos de primera necesidad –dispuestos en 29 palés- desde Ifema hasta distintas entidades en Madrid y suministrarán mobiliario a un albergue de personas sin hogar en Don Benito (Badajoz).

Al mismo tiempo, llevarán a cabo labores de reconocimiento par, en caso de que sea viable, se instale un hospital de campaña en las instalaciones del penal de Picasent (Valencia).

Por su parte, el Jemad especificó la labor del Ejército de Tierra en el desarrollo de la ‘Operación Balmis’, una labor que por ser “amplia y continua” en toda España, centró en la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X del Ejército de Tierra, que desde el inicio de esta crisis de salud pública está dedicada a garantizar el suministro de agua potable a la barriada de Alcolea, en la ciudad de Córdoba.

Esta labor, dejó claro el Jemad, la desempeñará hasta que “se resuelva la situación de crisis sanitaria” y explicó que ha sido coordinada por la Subdelegación del Gobierno en Córdoba, a petición de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba.

Apuntó que el agua se suministra desde las instalaciones de la referida empresa en camiones cisterna del Ejército de Tierra debidamente homologados, siendo acompañados por dotaciones de la Policía Local hasta la barriada, habiéndose abastecido hasta la fecha más de 50.000 litros.

Por último, el Jemad se dirigió a la ciudadanía para trasladarles que “todos los días a esta hora ustedes ven a personas de uniforme que se dirigen a cámara, a todos ustedes”, lo que le sirvió para aseverar que “dentro de estos uniformes hay personas, dentro de estos uniformes y dentro de las batas y de los EPI que atienden a todos los pacientes en los hospitales”.

Afirmó que están teniendo lugar “situaciones muy dramáticas” en los hospitales, ya que muchos de los enfermos por coronavirus fallecen sin la compañía de sus seres queridos. Por ello, desde el conocimiento del personal sanitario y del personal de enfermería, transmitió la certeza de que “nadie se está yendo sin una palabra de consuelo o sin una mirada de cariño”, a pesar de la ausencia de sus familiares.

Concluyó dejando claro que “todos estamos metidos en esta lucha” y “nadie se va a quedar atrás, nadie se va a ir de este mundo sin una palabra de cariño, sin una muestra de afecto, tanto de los ciudadanos de uniforme como del personal sanitario detrás de las viseras de los EPI”.