En su opinión, la propuesta que algunas universidades han planteado "complica aún más" la situación de los estudiantes durante el confinamiento.

En estos programas, la cámara del ordenador del alumno muestra imágenes de este mientras realiza el examen online, para comprobar así que no copia ni hace trampas.

Según Aerraaiti, las titulaciones de ingeniería requieren en los exámenes de la utilización de calculadora y material extra como gráficas, formularios, tablas e incluso libros, y el programa no tiene la capacidad de reconocer si la documentación sobre la mesa es la que debe estar presente.

"No hay forma de saber si ciertos gestos que pueden ser interpretados como plagio por el programa lo son de verdad", puntualizó. A esto se suma "la penalización injusta en caso de que la conexión del estudiante falle", prosiguió, que puede conllevar desde una nota inferior hasta la expulsión del examen.

Señaló que además pueden "surgir multitud" de problemas informáticos que dejen al estudiante fuera de juego. "De nuevo nos encontramos con una situación de desigualdad entre los estudiantes, completamente condicionada a los recursos a su alcance", criticó Aerraaiti.