Según informó la Conferencia Episcopal a través de un comunicado, se trata de un “gesto” para los familiares de los que han fallecido que se llevará a cabo coincidiendo con la bendición urbi et orbi del Papa Francisco, que convoca bajo el lema ‘Jesucristo ha resucitado, anuncia y realiza la victoria de la vida sobre la muerte. Somos testigos de esta esperanza’.

En una carta abierta, la Conferencia Episcopal recuerda que, el Domingo de Pascua, la Iglesia celebra “la victoria de Cristo sobre la muerte”. “Este anuncio nuclear de nuestra fe tratamos de hacerlo llegar con múltiples testimonios e iniciativas y deseamos pregonarlo, aún con lágrimas en los ojos”, prosigue.

Por esta razón propone “voltear” las campanas de todos los templos al entender, en plena pandemia, que la “expresión mayor del drama” que vive la sociedad es la muerte de miles de personas en soledad”.

“A veces, en la desesperación y falta de consuelo de sus familiares”, señala la CEE en un texto en el que también subraya que la manera de despedir a los difuntos, “celebrar ritos de esperanza y acompañar el duelo de sus deudos, está en el origen de la civilización” y reconoce que la actual crisis sanitaria “socava este pilar”.

Para la Conferencia Episcopal, la Iglesia es “depositaria de la esperanza que brota de la fe en Cristo muerto y resucitado y se comparte en la caridad”. “Tocamos las campanas para ofrecer esta esperanza a quienes hoy más la necesitan”, concluye, en referencia a los familiares de las víctimas del coronavirus.