Así lo señaló la asociación durante un encuentro informativo mantenido de forma digital este miércles para analizar la situación de la distribución comercial, especialmente en el retail de no alimentación. Durante el mismo, el presidente de Anged, Alfonso Merry, destacó los problemas de liquidez a los que se enfrentan las empresas del sector del comercio, exceptuando las de alimentación, al tener que atender gastos de salarios, impuestos y suministros al tiempo que no tienen ningún ingreso, por lo que indicó que “es muy difícil desde el punto de vista de la liquidez que las empresas puedan sobrevivir”.

Asimismo, Merry apuntó a “una caída impresionante del empleo” del sector en los próximos meses, como consecuencia de “un desplome del consumo absolutamente sin precedentes”, a los que se suma la pérdida de turistas y el miedo del consumidor nacional ante la incertidumbre.

Ante este escenario, el director general de Anged, Javier Millán-Astray, aseguró que el comercio no alimentario será, junto a la hostelería, uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. En este sentido, Merry recordó que la facturación del comercio minorista supone 250.000 millones de euros al año y que el conjunto del sector del comercio representa el 12% del PIB.

Además, desde Anged estiman que el día que las compañías del sector vuelvan a abrir se encontrarán con una caída de entre el 40% y el 50% en el consumo, y que la evolución y el tiempo que tarde en recuperarse dependerá de las medidas que se tomen y de la recuperación del turismo y de la confianza de los consumidores. “Con las medidas adecuadas y si hay un acuerdo entre empresas y trabajadores, en seis meses se podría hablar de una recuperación sensible”, aseguró el director general de Anged.

Por ello, Millán-Astray señaló la necesidad de que el Gobierno tome medidas para garantizar la liquidez de las empresas y, junto a medidas de flexibilidad laboral, mantener el empleo. En este sentido, abogó, entre otras medidas, por ampliar las líneas de avales del ICO y por el aplazamiento de las obligaciones fiscales de las empresas, así como eliminar el impuesto a las grandes superficies comerciales que tienen vigente cuatro comunidades autónomas.

En lo que se refiere al ámbito laboral, el director general de Anged reclamó flexibilidad con el objetivo de “salvar las empresas” y, con ello, los puestos de trabajo. En este sentido, destacó la importante del diálogo social entre las empresas y los sindicatos, y recordó que durante la crisis económica de 2008, el sector fue capaz de mantener los empleos mediante la flexibilidad y con esfuerzos por parte de los trabajadores, que más tarde, ya con la recuperación, vieron mejoradas sus condiciones en la siguiente negociación del convenio colectivo.

En concreto, desde Anged reclamaron poder modificar los horarios comerciales; permitir la distribución de la jornada plurianual de manera irregular para llevar más allá de 2020 la recuperación de horas no trabajadas; aplicar vacaciones a los momentos de inactividad; y facilitar un “puente” entre los ERTE presentados en estas semanas y la paulatina recuperación de la actividad una vez finalice el confinamiento, taniendo en cuenta, además, el carácter cíclico, ligado a la temporalidad, de la actividad comercial.