El estudio refleja que los productos más demandados fueron aquellos de primera necesidad, destacando el aumento de ventas en productos frescos como la carne, cuyo consumo se multiplicó incluso por cuatro.

Además, frutas y verduras también triplicaron sus pedidos. Aun así, no sólo los alimentos más esenciales experimentaron grandes aumentos, también otros productos más elaborados como los molletes de pan se demandaron hasta tres veces más.

Por su parte, el estudio de Mentta recoge que los productos gourmet y artículos más caros como jamones o marisco quedaron relegados a un segundo plano. Las ventas de vino se vieron disminuidas en un 10%.

Asimismo, y en general, los productos que no se consideran de primera necesidad, no experimentaron diferencias significativas en sus ventas, manteniendo los mismos niveles anteriores al confinamiento.