Así lo anunció este lunes la UGR través de un comunicado en el que precisó que este proyecto demuestra que la utilización de la metabolómica -estudio científico de los procesos químicos que involucran metabolitos- para identificar y cuantificar determinadas sustancias en los fluidos corporales permite la detección de cambios en sus concentraciones que, de forma global, puede considerarse como una “firma metabólica diferencial” para el cáncer de colon metastásico. Junto a ello, también podrían servir como marcadores de diagnóstico para el cáncer colorrectal y representar “nuevos objetivos terapéuticos”.

El propósito de este estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista del Grupo Nature Scientific Report fue identificar una firma metabólica diferencial para el cáncer colorrectal metastásico y para ello se estudiaron muestras de suero de 60 controles sanos y 65 pacientes con cáncer de colon metastásico.

En concreto, utilizando un análisis multivariado, el equipo de científicos de la UGR y del Centro de Excelencia en Investigación de Medicamentos Innovadores en Andalucía, ha demostrado una “clara distinción” entre pacientes con cáncer de colon metastásico y personas sanas, en función de las concentraciones en suero de metabolitos del tipo glicerofosfolípido, esfingolípido y endocannabinoide.

Estos hallazgos confirman, según los investigadores, que la metabolómica mediante cromatografía líquida, junto con la espectrometría de masas de alta resolución, ofrece una "potente herramienta" de diagnóstico para el cáncer de colon metastásico.

Y ello porque evalúa las concentraciones de moléculas de bajo peso molecular en matrices biológicas y puede usarse para generar "huellas metabólicas" de individuos y enfermedades. “La sensibilidad y la cobertura metabólica de este proceso se ha incrementado al combinar la metabolómica con la espectrometría de masas de alta resolución”, señalaron.

Tras subrayar que el cáncer de colon sigue siendo una de las principales causas de muerte por cáncer y que su aparición y desarrollo “está bastante bien caracterizada” siguiendo una secuencia conocida desde la transformación del epitelio normal a la aparición del cáncer, los expertos lamentaron que aún existe una “falta de biomarcadores que sean capaces de detectarlo en sus diferentes etapas”.