El fortalecimiento de la relación entre España y China está causando un “considerable incremento” en el número de española que visitan o residen en el país asiático, y de ciudadanos chinos que viajan o se instalan en suelo español.

China es el primer emisor de turistas del mundo, con alrededor de 140 millones de viajeros anuales, mientras que España es el segundo destino turístico mundial, con casi 82 millones de visitantes al año, de los que unos 700.000 son chinos.

Ante el progresivo aumento de la demanda, el Gobierno considera imprescindible ampliar su red consular en China, actualmente circunscrita a Pekín, Cantón, Shangai y Hong Kong, para crear un Consulado General en Chengdú.

Chengdú es la capital de la provincia de Sichuan, con 12 millones de habitantes, y una esfera de influencia que abarca todo el oeste de China, incluida la ciudad autónoma de Chongqing, con 31 millones de habitantes en su área metropolitana.

La urbe es considerada como la puerta de entrada a la China occidental, con una economía dinámica y una creciente implantación de empresas españolas, fruto de la apuesta de las autoridades locales en el I+D+I y en la educación.

Prueba de ello, es que la ciudad cuenta con 42 institutos y más de 600.000 estudiantes, con varias industrias pilares (electrónica, productos farmacéuticos, petroquímica, procesamiento de alimentos, maquinaria, metalurgia y materiales de construcción), y un robusto sector de servicios.

El Gobierno considera que la apertura de este Consulado permitiría responder a la creciente demanda de visados por razones de turismo y evitar, de este modo, la posible pérdida que podría suponer la desviación de turistas hacia otros países, además de aliviar de carga de trabajo a los consulados en Pekín y Cantón.

También apunta que las “limitaciones actuales” de la red consular de España en China y las posibilidades de atraer a suelo español el “creciente” turismo chino que visita Europa hace “imprescindible”, por cuestiones geográficas y de eficiencia, tener la capacidad de operar desde las “pujantes” ciudades del interior del país asiático, distanciadas de Pekín entre 2.000 y 3.000 kilómetros.

Este consulado permitirá atender a un total de 400 millones de personas posibilitando que se reduzcan los tiempos de tramitación de las solicitudes de visado, en un momento en que España se encuentra “en desventaja” en relación con el resto de países de la UE que ya cuentan con una oficina similar en esta zona de China.