En la sesión de control al Ejecutivo, Arrimadas cargó contra Sánchez por no pensar en los españoles y aumentar un 40% los altos cargos y un 37% de asesores en las instituciones.

Estas acusaciones llevaron a la portavoz de Cs a afirmar que “la mejor forma de salir del paro es tener un buen carné del PSOE”, y denunció que “España no es un botín a repartirse”, tras mencionar las colocaciones de exdirigentes del PSOE al frente del CIS, de Paradores, de Correos y de la Fiscalía General del Estado.

Arrimadas, incluso, ironizó que “seguro” que Sánchez pensaba “en los españoles cuando acaba de fulminarse” al presidente de la Agencia EFE, aludiendo al reciente relevo de Fernando Garea por Gabriela Cañas.

Ante estas acusaciones, Sánchez se defendió asegurando que "este Gobierno pone realmente las instituciones públicas al servicio de los españoles no por una cuestión de convicción sino porque cree realmente que son de los españoles y tiene que estar al servicio de los españoles”.

Sánchez respondió a Arrimadas hablando de la “meritocracia” para recordar a Ciudadanos que han pasado de 57 a 10 diputados en esos meses, arremetiendo contra la caída electoral del partido que lideraba Albert Rivera.

Además, Sánchez aprovechó para pedirle a Arrimadas que su partido habla de la defensa de las instituciones cuando “pacta con aquellos” que están afectados por la operación Púnica o Gürtel, en referencia al Partido Popular; o con Vox, a los que acusó de “banalizar” la violencia de género.

Por todo ello, y ante los cuatro años que restan de legislatura, el presidente pidió a Cs que “sea un partido de centro y no un partido que acompaña a la derecha y a la ultraderecha”.