Para contrarrestar la falta de sacerdotes en la Amazonia, Francisco pide "a todos los obispos, en especial a los de América Latina" ser "más generosos" y orientar a que los misioneros "opten por la Amazonia".

"Se necesitan sacerdotes, pero esto no excluye que ordinariamente los diáconos permanentes -que deberían ser muchos más en la Amazonia-, las religiosas y los mismos laicos asuman responsabilidades importantes para el crecimiento de las comunidades y que maduren en el ejercicio de esas funciones gracias a un acompañamiento adecuado", agrega el Papa.

La exhortación prosigue sobre este asunto: "Entonces no se trata sólo de facilitar una mayor presencia de ministros ordenados que puedan celebrar la Eucaristía. Este sería un objetivo muy limitado si no intentamos también provocar una nueva vida en las comunidades. Necesitamos promover el encuentro con la Palabra y la maduración en la santidad a través de variados servicios laicales, que suponen un proceso de preparación".

A continuación, Francisco se refiere a "líderes laicos maduros y dotados de autoridad" en la Amazonia como protagonistas en "una cultura eclesial propia", pero "marcadamente laica", subraya.

Sobre las mujeres, el Papa destaca que "durante siglos" fueron ellas quienes "mantuvieron la Iglesia en pie en esos lugares", pero "clericalizar a las mujeres", prosigue, "disminuiría el gran valor de lo que ellas ya han dado y provocaría sutilmente un empobrecimiento de su aporte indispensable".

Asimismo recuerda que "Jesucristo se presenta como Esposo de la comunidad que celebra la Eucaristía, a través de la figura de un varón que la preside como signo del único Sacerdote", pero añade que "el Señor quiso manifestar su poder y su amor a traves de dos rostros humanos", en referencia a Jesucristo y a María.

El documento aborda otras cuestiones por las que el Papa ha mostrado su preocupación, como la pobreza y aislamiento de las comunidades indígenas y el maltrato al medioambiente que sufre especialmente la Amazonia, cuestiones para las que pide una mayor implicación de la Iglesia, pero sin caer en una dedicación de los católicos exclusivamente social que la convierta en una mera ONG.