Entre los representantes de Podemos, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, ha sido inscrito como vocal en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de Discapacidad; y la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la comisión homónima.

Asimismo, la secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera, acompañará a Montero en este órgano del Congreso, y la de Agenda 2030, Ione Belarra, estará en la Comisión de Cooperación Internacional.

Por parte de Izquierda Unida, la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, será vocal de Unidas Podemos en la Comisión de Trabajo, Seguridad Social y Migraciones; y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en la Comisión de Sanidad y Consumo.

Fuentes del grupo parlamentario reconocieron a Servimedia que todos estos miembros del Gobierno "está previsto que asistan poco" a las comisiones de que forman parte, y apuntaron que, de hecho, ya tienen establecido "un sistema de reemplazos" para cuando sus agendas gubernamentales les hagan imposible acudir.

REGLAMENTO Y TRADICIÓN

Las fuentes consultadas señalaron que "por reglamento, todo diputado tiene que estar inscrito en al menos una comisión" y que, desde esa premisa, les "pareció que era lo más lógico" hacerlo en las comisiones que abordan sus respectivas parcelas ministeriales, "dado que trabajarán de la mano".

En realidad, según pudo comprobar esta agencia, el artículo 6.2 del Reglamento del Congreso reza literalmente: "Los diputados tendrán derecho a formar parte, al menos, de una Comisión y a ejercer las facultades y desempeñar las funciones que este Reglamento les atribuye". Es decir, habla de un derecho, no de un deber.

Por su parte, el artículo 40.3, dentro del capítulo dedicado a las comisiones, establece que "los miembros del Gobierno podrán asistir con voz a las Comisiones, pero sólo podrán votar en aquellas de que formen parte".

No hay por tanto, ni obligación de que todos los diputados formen parte de una comisión, aunque los de los grupos parlamentarios que no sustentan a un Gobierno suelan estar en una, ni impedimento de que los ministros o secretarios de Estado figuren como vocales en ellas.

Sin embargo, fuentes socialistas apuntaron a Servimedia que "normalmente a los jefes no se les mete en ninguna". Los ministros del PSOE no van a ser vocales de comisión, y tampoco los del Gobierno de Mariano Rajoy lo fueron en la legislatura larga de 2016-2019. Cuando, tras la moción de censura, asumió el poder el PSOE, el presidente, Pedro Sánchez, pidió a sus ministros que dejaran su acta de diputados para centrarse en su labor ejecutiva.

MANTIENEN EL ACTA

Por el momento, ni los ministros del PSOE ni los de Unidas Podemos van a dejar de ser diputados pese a la exigua mayoría parlamentaria con que cuenta el Gobierno y el peligro de que la ausencia sobrevenida por motivos de agenda de alguno de ellos pueda hacer perder una votación.

Fuentes de Unidas Podemos indicaron en su día a esta agencia que preferían ir viendo cómo funcionaba el Gobierno de coalición y la propia actividad legislativa antes de tomar una decisión, y una de ellas llamó la atención sobre el perjuicio que supondría para esta formación que, en caso de una crisis que les expulsara del Ejecutivo, se quedara también sin la visibilidad de sus principales líderes en el Congreso de los Diputados.

Sánchez accedió públicamente en una rueda de prensa en Bruselas a no interferir en las decisiones que tomara otra formación política, como es Unidas Podemos.

Sea por falta de experiencia a la hora de combinar actividad ejecutiva y legislativa o por otro motivo por lo que Unidas Podemos haya creído que debía inscribir a sus ministros en una comisión parlamentaria, lo que parece descartable es el factor pecuniario. El régimen de retribuciones de los diputados contempla suculentos complementos para los miembros de la mesa de una comisión y para los portavoces o portavoces adjuntos de los grupos parlamentarios en ellas, pero no para los vocales rasos, que es el rango que tendrán Iglesias, Montero, Díaz, Garzón, Vera y Belarra. Los cinco han dejado también de formar parte de la dirección del grupo parlamentario.