De esta forma, Hacienda informará a las comunidades autónomas sobre el reparto del esfuerzo fiscal para el periodo 2020-2023 con la fijación de los objetivos de déficit y deuda que deberá cumplir cada administración y que deberá ser votada mañana.

La aprobación de la propuesta está asegurada, ya que Hacienda cuenta con el 50% del voto en este órgano, mientras la otra mitad corresponde al voto de cada autonomía, representada por su correspondiente consejero de Economía y Hacienda.

El visto bueno a la senda de estabilidad en el CPFF supondrá el primer paso para la posterior aprobación del límite de gasto no financiero, conocido como ‘techo de gasto’, por el Consejo de Ministros, para posteriormente presentarlo, junto a los objetivos de déficit y estabilidad, al Congreso de los Diputados y al Senado.

Una vez aprobados el ‘techo de gasto’ y la senda de déficit y deuda por las dos cámaras, el Gobierno procederá a la elaboración y presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2020.

La reunión de mañana del CPFF es la primera que celebra este órgano desde 2018, ya que, a pesar de que el artículo 6 de su Reglamento obliga a que sea convocado “como mínimo, dos veces al año”, en 2019 no se reunió en ninguna ocasión.

En concreto, Hacienda presentará este viernes a las comunidades autónomas una flexibilización de la senda de déficit con el objetivo de actualizarla a la realidad económica, ya que la que está en vigor, aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy, ha quedado desfasada con las últimas prórrogas presupuestarias y ya en 2018 era considerada "poco realista" por diversos organismos como la Airef o la propia Comisión Europea.

En concreto, la actual senda oficial aprobada por el PP fijó un objetivo de déficit del 0,5% para 2020 y un superávit del 0,1% en 2021, datos inalcanzables teniendo en cuenta que la estimación de cierre para 2019 lo sitúa en al menos el 2%.

La nueva senda podría también fijar objetivos de déficit y deuda más flexibles respecto a las previsiones enviadas el pasado octubre a la Comisión Europea en el Plan Presupuestario, en el que se indicaba una estimación de déficit del 1,7% en 2020. En cualquier caso, esta senda tendrá unos objetivos menos exigentes que los que el propio Gobierno de Sánchez propuso en 2018, del 1,1% en 2020 y 0,4% en 2021, que no llegaron a ser aprobados por el rechazo del Senado, controlado entonces por la mayoría absoluta que tenía el PP.

AUSENCIA DE CATALUÑA

Salvo cambio de última hora, a la reunión del CPFF no acudirá el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonés, que mantendrá así la práctica de los últimos años de que el máximo responsable de la economía y las cuentas catalanas no acuda a este órgano. En su lugar, como en alguna de las últimas reuniones, asistirá un representante de menor rango que no tendrá derecho a votar, ya que esta capacidad sólo la pueden ejercer los consejeros del ramo de cada autonomía.

Este jueves, tras el encuentro mantenido por Pedro Sánchez y Quim Torra en el Palau de la Generalitat, el presidente del Gobierno pidió al Govern que reconsiderara su decisión de no asistir al CPFF, destacando la importancia su asistencia porque “estamos hablando del marco presupuestario a partir del cual financiar la sanidad, la dependencia, las políticas activas de empleo, las de vivienda, en definitiva, todas aquellas cuestiones que también afectan y benefician a los catalanes”.

El último CPFF que contó con la presencia del máximo responsable de Economía y Hacienda de la Generalitat fue el celebrado el 1 de diciembre de 2016, cuando dicho cargo era ocupado por Oriol Junqueras.

La ausencia de representantes de Cataluña en las reuniones del CPFF fue el argumento esgrimido por el Gobierno de Mariano Rajoy a lo largo de 2017 y 2018 para justificar que no se abordara la reforma del sistema de financiación autonómica, incumpliendo un compromiso adquirido en la Conferencia de Presidentes autonómicos celebrada en enero de 2017.