Así se pronunció en la presentación del libro del exministro y eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo, que bajo el título 'Memorias heterodoxas de un político de extremo centro' desglosa su trayectoria política en lo que pretende ser “un cántico al centro político”, según explicó él mismo.

En la presentación de estas memorias, que se desarrolló en la sala Ernest Lluch del Congreso, Casado no escondió su “preocupación” por la “dependencia del Gobierno de la nación de los independentistas”, lo cual se vio “de forma flagrante” en la sesión de investidura. Se refirió al momento en el que el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, “espetó a la cara” a Sánchez que sus reivindicaciones pasan por la amnistía y el derecho de autodeterminación.

“Eso no fue contestado” por el presidente del Gobierno, denunció Casado, y vaticinó que precisamente esa es “la agenda” de la reunión que Sánchez tiene previsto mantener con Torra el próximo 6 de febrero a pesar de que este último ha sido despojado de su acta de diputado autonómico en el Parlament.

Incidió en que Sánchez “no debe” reunirse con Torra la semana que viene. A su juicio, “tiene que cesarlo de sus responsabilidades” y, si no lo hace, “debería mandarle un requerimiento de cumplimiento de sus obligaciones constitucionales”. Esto supondría el aviso previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución si la respuesta no es favorable.

De no actuar de esta manera, Casado avisó a Sánchez de que “estaría incurriendo en una tremenda deslealtad a la ley que hace poco prometió cumplir y hacer cumplir” al asumir su cargo de presidente del Gobierno. También volvió a decir a Torra que está “usurpando” la Presidencia de la Generalitat, por lo que el PP se querellará contra él.

“DERIVA” PSOE

En este contexto, Casado proclamó que el PP “ahora mismo es el ancla” ante “la deriva” del PSOE. No obstante, fechó el inicio de esta dinámica en el Pacto del Tinell de 2003 y admitió que “el responsable no es sólo Sánchez, sino un PSOE que lleva tres lustros abrazando la ruptura del paradigma constitucional”.

Fue en Pedralbes, prosiguió el presidente de los populares, cuando se vio “la parafernalia” y se impuso la necesidad de que “el PP capitalizara a las fuerzas constitucionalistas” e incluso se abriese a “cobijar” a esa socialdemocracia “indignada” por “la deriva en la que está su propio partido”.

Ahora mismo, “con un presidente autonómico declarado en rebeldía” tras la resolución de la Junta Electoral Central que dicta su inhabilitación, Casado abundó en que la Administración General del Estado “tiene que actuar” y, si no lo hace, “podría estar incurriendo en irregularidades, sobre todo si reconoce resoluciones como la posible firma del anteproyecto de ley de Presupuestos para Cataluña”.

“Si la Administración General del Estado y el presidente del Gobierno de la nación reconocen esas resoluciones entonces estaríamos ya en una responsabilidad del propio Ejecutivo nacional”, alertó el líder de la oposición horas después de que Torra anunciase que convocará elecciones autonómicas una vez que se aprueben en el Parlament los presupuestos regionales ya acordados.

“URGENCIA” PARA LA REAGRUPACIÓN

Además, Casado volvió a destacar la necesidad de que “el centroderecha liberal y conservador” y, “en definitiva, el constitucionalismo”, puedan tener “algún tipo de reagrupamiento” para poner la mirada en “lo esencial”. Mentó aquí la unidad nacional, la igualdad de todos los españoles y que no se subviertan “las normas no escritas”.

Llegó incluso a elevar a la categoría de “urgencia” este reagrupamiento y recordó que ha intentado la unión con Ciudadanos “en todo momento”. Eso sí, recalcó que su posición es de “máximo respeto” a esta formación y también de “afecto” por su portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas.

A este respecto, Margallo llamó a “construir una alternativa constitucionalista”. “Es probable que, como en la Transición, los esfuerzos de los partidos no sean suficientes y sea necesario un llamamiento a la sociedad civil”, valoró el exministro de Asuntos Exteriores.

Incluso, Margallo llegó a decir que “España está en peligro y que hay que acudir a salvarla”. En su opinión, esto debe hacerse a través de una operación política “de coalición de los partidos que estamos en el perímetro de lo que se llaman las democracias liberales”. Y todo ello, remachó, en un momento en el que “estamos ante un cambio de régimen”.