A Arrimadas se le preguntó a su llegada a la segunda jornada del debate de investidura por la posibilidad de que, ante la exigua correlación de fuerzas entre los partidarios y los contrarios a investir a Sánchez (167-165), un par de diputados de los primeros se ausenten de la votación del martes.

Así lo hicieron voluntariamente los socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, por motivos nunca aclarados del todo, en la Asamblea de Madrid en 2003, lo que impidió investir como presidente autonómico a Rafael Simancas. En su lugar, fue elegida la candidata del PP, Esperanza Aguirre, que convocó elecciones de nuevo y las ganó por mayoría absoluta.

Sin embargo, Arrimadas, contraria como todo Ciudadanos a investir a Sánchez, dijo que no desea que una circunstancia tan oscura como un "tamayazo" decante la investidura en contra del candidato socialista, sino que alguno de los diputados socialistas o regionalistas que en principio van a votar por él se den cuenta de los peligros que para ella esconden los pactos del PSOE con Unidas Podemos, ERC o el PNV.

"Lo que tenía que haber es un valiente como Oramas", contestó, poniendo como ejemplo a la portavoz de Coalición Canaria, que ayer anunció que contravendría la decisión del Consejo Político Nacional de su partido, que acordó abstenerse en la investidura, y votaría en contra. La formación advirtió de que escucharía a Oramas pero actuaría de acuerdo con sus estatutos ante lo que calificó de "indisciplina" de su portavoz.