Publicado en la revista 'Frontiers in Marine Science', este hallazgo puede servir para mejorar la calidad de la especie mediante la selección genética y lograr así una producción más sostenible.

Según el CSIC, una de las claves del éxito del cultivo de la dorada radica en su naturaleza hermafrodita, con una reversión macho-hembra a partir del segundo año de vida, junto con su capacidad de adaptación a cambios de salinidad, temperatura, disponibilidad de oxígeno y composición del alimento.

Investigadores de los Grupos de Nutrigenómica y de Patología de Peces del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal del CSIC (IATS-CSIC) han liderado a lo largo de cuatro años un trabajo de secuenciación del genoma de esta especie, en colaboración con la empresa Biotechvana SL y el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona.

Su objetivo era conocer la base genética de la gran plasticidad de la dorada. Gracias a su estrategia de secuenciación masiva y de ensamblaje, pudieron obtener la versión más completa hasta la fecha de la secuencia del genoma de esta especie.

Según Jaume Pérez-Sánchez, profesor del IATS-CSIC y líder del proyecto, "hemos secuenciado y ensamblado más de 1.250 millones de pares de bases, de un total estimado de 1.600 millones”. Se trata de un tamaño considerablemente mayor de lo encontrado en otras especies de peces de interés en acuicultura, como la lubina y el rodaballo.

El trabajo ha identificado más de 55.000 genes que se expresan de forma activa, aunque lo más destacable es que más de la mitad de ellos (el 55%) presentan múltiples copias, “muchas de ellas generadas por elementos genéticos móviles”, apuntó Carlos Llorens, responsable de Biotechvana.

“Gran parte de estas multiplicaciones no se corresponden con los sucesos evolutivos de duplicación ya conocidos en peces, sino que son propios de esta especie y por tanto recientes en términos evolutivos”, destacó Toni Gabaldón, investigador del CRG.

Además, se ha comprobado que muchos de los genes duplicados están implicados en la respuesta a cambios en el medio, como la respuesta inmunitaria o sensorial, Y en la transposición genómica. Por tanto, es de esperar que esta multiplicación de la maquinaria molecular mejore la capacidad de domesticación y de adaptación de la especie en un contexto hostil o de cambio global.