Esta organización ambiental señaló que la COP25 cerró "literalmente" la puerta a la ciencia y las demandas de la sociedad civil, y los negociadores "se pelearon" por cómo regular el artículo 6 del Acuerdo de París, dedicado a los mercados de emisiones de carbono y que, según Greenpeace, "amenaza los derechos de los pueblos indígenas y pone un precio al medio ambiente".

La directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, declaró que los Gobiernos deben replantearse totalmente cómo han actuado en la COP25 porque su resultado final es "totalmente inaceptable".

"Se preveía que esta COP fuera técnica, pero finalmente ha sido más más bien política y hemos visto cómo operan los grupos de presión de los sectores más contaminantes que torpedean las negociaciones, así como la profunda desconfianza de la juventud hacia la clase política. Necesitábamos una decisión que respondiera a la juventud, tuviera a la ciencia como su luz de guía, reconociera la urgencia y declarara una emergencia climática", comentó.

Morgan añadió que, en vez de eso, "bloqueadores climáticos como Brasil y Arabia Saudí, habilitados por una Presidencia chilena irresponsablemente débil, se han dedicado a vender su modelo de 'tráfico' de emisiones y se han llevado por delante las advertencias científicas y los gritos de la sociedad civil".

"Puede que el Acuerdo de París haya sido asaltado y vaya a ser controlado por un puñado de poderosas economías del carbono, pero están en el lado equivocado de esta lucha, el lado equivocado de la historia y el Acuerdo de París es sólo una pieza del rompecabezas", añadió.

El director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez, enfatizó que "la clase política no puede seguir haciendo oídos sordos a la evidencia científica y al clamor social que exige una respuesta contundente y urgente a la emergencia climática". "Esta COP deja sí o sí demasiado trabajo pendiente, que no hay que esperar un año para culminar. La acción política en España y en toda Europa debe asumir desde ahora la lucha contra el cambio climático como máxima prioridad, atendiendo a los intereses de la sociedad y no a los de los oligopolios industriales", denunció.

Por su parte, Juan Pablo Osornio, jefe de la delegación de Greenpeace Internacional en la COP25, calificó de "decepcionante" el resultado de la Cumbre y recalcó que supone "una señal de que el Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático no puede ser el único lugar donde los políticos tengan que rendir cuentas sobre qué hacen para acabar con la emergencia climática y reducir las emisiones a niveles científicamente seguros".