En una entrevista concedida al diario "El Mundo", Aznar lamentó que "desraciadamente han hecho falta tres asesinatos para que el Gobierno vasco se diera cuenta de que no es no políticamente aceptable ni moralmente tolerable tener pactos que con grupos que no condenan la violencia".

Asimismo, reprochó al Gobierno de Juan José Ibarrertxe que siga vinculado al pacto de Estella, que considera "incompatible con la paz, porque es el predominio de la exclusión, el predominio de unos contra otros. Representa lo contrario a aquéllo por lo que hemos luchado durante tantos años". Agegó que "Estella es la expresión de cómo se da la razón a los objetivos de ETA, y eso es lo contrario de la paz".

Aznar añadió que "el PP y el PSOE tienen la obligación de salvaguardar claramente los puntos constitucionales y estatutarios de encuentro en el País Vasco y articular sobre ellos la política vasca. Desde este punto de vista, la colaboración entre los dos partidos me parece positiva".

NUEVA REFORMA FISCAL

Por otra parte, el presidente del Gobierno se refirió a la política económica ylas propuestas del PP para la próxima legislatura. Indicó que su objetivo es "lograr un superávit de las finanzas públicas. Terminar el año 2002 con un superávit del 0,1 por ciento del PIB. En esas condiciones, nuestro país está perfectamente capacitado para hacer una segunda reforma fiscal".

"Dicha reforma afectará especialmente a los asalariados, a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos", prosiguió. "Este año hemos bajado el impuesto sobre la renta una media del 11 por ciento. La nueva rforma puede suponer una media similar. Bajaremos el tipo mínimo del impuesto sobre la renta y aumentaremos las deducciones a los asalariados y a los pensionistas".

Aznar subrayó que esta bajada de todos los tramos del IRPF, que tendrá para el Estado un coste de "tres décimas del PIB en el año 2003", unos 360.000 millones de pesetas, supondrá además que unos 10 millones de personas no tengan la obligación de hacer la declaración de la renta, frente a los 5 millones que no tienen que declarar actualment.

En su opinión, la política fiscal del PP no pone el peligro el Estado de bienestar, sino que éste se arriesga si no se practican estas políticas. "Lo que hace falta es tener un sistema fiscal moderno, que funcione, cuya gestión sea positiva, y que se adecúe a las necesidades del país".

También se mostró optimista en lo que se refiere a la creación de puestos de trabajo, al decir que "en la próxima legislatura se van a crear unos 1.400.000 nuevos empleos, que es una cifra perfectamente asequible Eso significaría que en ocho años se se habrán creado 3.200.000 empleos. Es decir, que el problema básico del desempleo estará resuelto en nuestro país".

En el ámbito económico, el candidato popular a la Presidencia del Gobierno indicó también que no es partidario "de los monopolios, de los oligopolios ni de la Santísima Trinidad. Soy partidario de la competencia", que considera "marco esencial para que los consumidores y los usuarios se pueden beneficiar y para que se mantengan los equilibrios de un sociedad plural".

Respecto a la polémica del BBVA y su fusión con Telefónica, apuntó que "antes de las elecciones no es posible tomar ninguna decisión en relación con ese acuerdo", aunque el Tribunal de la Competencia sí puede tener antes del 12 de marzo la resolución sobre la fusión bancaria.

EL EJIDO

El presidente se refirió también a El Ejido, con la conclusión de que se ha dado "un exceso de demagogia con el problema de la inmigración. Me da la impresión de que muchos partidos quisieron dale un cachete al Gobierno y se olvidaron de lo fundamental. Ahora, espero que tras las elecciones todos recobren la cordura y nos pongamos a modificar esa ley (de extranjería)".

Insistió en que, aunque "el problema ya existía, y es muy grave, la cuestión es si la ley es un 'efecto llamada' que potencia las redes de mafias ilegales que trafican con inmigrantes".

Por último, Aznar se refirió a su retirada al final de la próxima legislatura, cuando "la parte sustancial del camino estará recorrida, yocho años son suficientes en dos sentidos. Después de ese periodo uno se encuentra a diario descarnadamente con el poder, tiene más poder que ilusiones. Y esto es peligroso. No volveré a ser candidato para no caer ni en el endiosamiento ni en la melancolía. Ocho años es lo justo".