El nuevo cálculo es más preciso, ya que incluye en su evaluación las revisiones sobre el ajuste de valoración del crédito y sobre riesgos de mercado, según informó este miércoles el regulador.

El organismo presidido José Manuel Campa estima que las entidades debería reforzar un 23,6% su hucha de recursos propios bajo "supuestos conservadores", frente al 24,4% que había estimado el pasado mes de agosto.

El gap difiere, sin embargo, por tipo de entidades y se explica casi en su integridad en aquellas consideradas sistémicas internacionales o nacionales y que son a las que se exige acopiar la mayor red para evitar problemas de insolvencia.

En concreto, las más grandes precisarían aún elevar un 24,1% su capital -en 123.800 millones-; frente al gap del 11,3% que estima en las entidades de tamaño mediano o carencia de 900 millones; y el 5,5% calculado entre las pequeñas, apenas 100 millones.

De la cuantía total el déficit en términos del capital más puro o de máxima categoría se limitaría, sin embargo, a 83.000 millones de euros.

La EBA reafirma su apoyo a una implementación completa de los estándares de Basilea III en la Unión Europea, persuadida además de su efecto beneficioso para la banca y la economía.

Conforme al análisis efectuado por la EBA junto al Banco Central Europeo (BCE), la implantación de estas normas “mitigaría la severidad de las recesiones económicas futuras a través de una reducción tanto en la probabilidad como en la intensidad de futuras crisis bancarias”.

En un cómputo neto, el estudio de ambas autoridades concluye que tendrá netos a largo plazo que cuantifica en una cifra de alrededor del 0,6% del nivel anual del PIB.