En la inauguración de dicho encuentro, el director general de Fundación Mapfre, Julio Domingo, y el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Álvaro Gómez, coincidieron también en la importancia de “compartir experiencias y aprendizajes” a nivel europeo, como vía para alcanzar el objetivo de reducir al 50% el número de víctimas graves y mortales en el continente.

Según informó Fundación Mapfre a través de un comunicado, en el trascurso de la jornada, la directora de Marketing y Comunicación del Vias Institute, Emily Coenegrachts, presentó el estado actual y perspectivas futuras de la Carta Europea de Seguridad Vial, una plataforma que agrupa cerca de 4.000 entidades, de las cuales 1.080 son españolas, que llevan a cabo iniciativas de seguridad vial para contribuir reducir la siniestralidad vial

EXCELENCIA EN SEGURIDAD VIAL

La Carta Europea de Seguridad Vial ha reconocido este año a cuatro proyectos españoles con el Premio Europeo de Excelencia en Seguridad Vial concedidos a organizaciones que desarrollan iniciativas “especialmente interesantes o valiosas” para la mejora de la seguridad en carretera.

Al Ayuntamiento de Narón (La Coruña), Aigua de Rigat (Barcelona), y el Colegio Público Miguel de Cervantes (Gijón), se ha unido en octubre de este año la propia Fundación Mapfre, reconocida por la Carta Europea de la Seguridad Vial como una de las seis entidades “más destacadas” en Europa por su programa internacional dirigido a esta materia.

Durante el acto, el coordinador del Programa de Educación Vial del Ayuntamiento de Narón, Pedro Caneiro, resaltó que uno de los objetivos principales de los programas impulsados a través del Consistorio, en concreto Kiss&Go (Bica e Arrinca) y los aparcamientos disuasorios, es “crear entornos escolares seguros” en las zonas próximas a los colegios, retirando los vehículos de las inmediaciones para poder dejar o recoger a los menores en los colegios “de un modo seguro y evitando los posibles riesgos” en horas en las que se registra una importante afluencia de vehículos y peatones.

Junto a ello, con los Caminos Escolares Seguros busca fomentar la autonomía de los escolares y la práctica del ejercicio físico, incentivándolos para ir caminando, en bicicleta o en patinete desde sus casas a los colegios.

A juicio de Caneiro, la implicación de la comunidad educativa y de los padres y madres resultó “fundamental” para que estos programas hayan tenido “tanto éxito” y una participación de casi el cien por cien del alumnado al que se dirigen en los centros de enseñanza del municipio.

Por su parte la representante de Aigua de Rigat, Mónica Porroche, señaló que su Sistema de Gestión de Seguridad Vial es una herramienta integrada “en la toma de decisiones y en el día a día de la empresa”, que permite, en el campo de la Seguridad Vial, la prevención de accidentes de tráfico de sus trabajadores y de la ciudadanía que se pueda ver afectada por su actividad, aportando un “valor añadido” a su gestión.

“La implementación de este Sistema de Seguridad se desarrolla también pensando en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con los que la compañía también tiene su compromiso”, abundó.

En este mismo sentido se pronunció la directora del Colegio Público Miguel de Cervantes de Gijón, Ángeles García, quien explicó que el centro decidió poner en marcha el ‘Proyecto Biciescuela’ porque los hábitos que se adquieren en la infancia “son los que mejor perduran en la edad adulta”. Es una responsabilidad de los centros escolares educar en seguridad vial, en sostenibilidad y, en definitiva, en mejora de la salud y calidad de vida”, agregó.

La jornada finalizó con una mesa sobre ‘La experiencia española en la seguridad vial’, moderada por el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús, para quien el objetivo “cero víctimas mortales y graves” es “perfectamente posible” aunque para lograrlo instó a “redoblar esfuerzos y dedicar presupuestos acordes con la tragedia humana y los costes sociales que suponen alrededor de 25.000 fallecidos anuales en Europa, de los que más de 1.800 son españoles.

“Lo primero que debemos hacer es cambiar de mentalidad y dejar atrás el fatalismo, la negligencia o falta de acción”. “Las víctimas no son inevitables o accidentales, son resultado de factores de riesgo conocidos y, en su inmensa mayoría, controlables y eliminables”, sentenció.