La política migratoria de EEUU y México sitúan el asilo y la seguridad “lejos del alcance” de los niños, según Unicef

Madrid
SERVIMEDIA

La política migratoria de EEUU y México sitúan el asilo y la seguridad “lejos del alcance” de los niños que se encuentran en esa situación, para quienes el acceso a la seguridad y la protección internacional en ambos países y en el norte de América Central se ha reducido “considerablemente” debido a la reciente serie de acuerdos y cambios en las políticas migratorias que están teniendo “profundas consecuencias” para estos menores.

Así lo denunció este lunes Unicef a través de un comunicado en el que también precisó que, al mismo tiempo, las condiciones de los niños y las familias que viven en el norte de América Central “siguen siendo muy graves, justo cuando se están cerrando las vías para una migración segura y regular”.

En este punto, subrayó que a pesar de los esfuerzos que se realizan a nivel nacional, la violencia, la delincuencia organizada, la extorsión, la pobreza y un acceso limitado a la educación y a los servicios sociales de calidad “siguen formando parte de la vida cotidiana de millones de personas”.

En este contexto, con los nuevos acuerdos de cooperación que se han firmado en materia de asilo, los niños desplazados en la región se verán obligados a buscar protección en los países del norte de América Central, según Unicef, que denunció que muchas zonas de estos países son “inseguras incluso para los propios niños que viven allí”.

Como ejemplo, recordó que en México los protocolos de protección de migrantes han provocado un aumento en el número de niños migrantes “varados” en las zonas fronterizas mientras esperan que sus casos de asilo sean tramitados por el sistema judicial de los Estados Unidos, un proceso que, lamentó, “puede tomar meses”.

Los “efectos combinados” de estos protocolos y los nuevos acuerdos de cooperación en materia de asilo están dejando a los niños en una situación de “gran riesgo”, según Unicef, que insistió en que miles de niños se encuentran “atrapados en un ciclo agotador” en el que predomina la violencia y la falta de acceso a servicios esenciales en sus países de origen, el peligro en su recorrido migratorio, la detención y situaciones de limbo legal y la deportación.

La organización precisó que esta situación está "desgarrando el tejido social de las familias y las comunidades” y lamentó que más de 32.000 niños fueron devueltos de Estados Unidos y México a El Salvador, Guatemala y Honduras entre enero y agosto de 2019, el doble de los 15.711 que fueron devueltos durante el mismo período en 2018.

Unicef reconoció que, a pesar de su trabajo sobre el terreno, "se necesita más apoyo de manera urgente” al tiempo que subrayó que garantizar el bienestar de estos niños requiere “una respuesta colectiva” de la comunidad internacional.

Así, recordó que los gobiernos deben “dar prioridad” a la protección de los niños y garantizar el acceso a los procedimientos de asilo “de manera segura y oportuna”, lo que implica proporcionar acceso al territorio a los niños y a sus familias para que puedan solicitar asilo.

También, garantizarles una acogida y una atención “adecuadas" y reforzar los sistemas nacionales de protección de la infancia para proteger y apoyar a los niños migrantes.

Asimismo, invitó a la comunidad internacional a proporcionar ayuda y financiación que protejan a los niños de la violencia y aumenten sus oportunidades de aprender y prosperar en terceros países así como a tomar más medidas para abordar las “graves necesidades” de estas personas en la región.

Todo ello, además de evitar la detención y la separación familiar mientras se fortalece "de manera sostenible" la protección de los migrantes y los sistemas de asilo a lo largo del corredor que va del norte de América Central a los Estados Unidos.

Por último, Unicef hizo un llamamiento a los gobiernos de la región y la comunidad internacional para abordar las "causas profundas" de la expulsión de los niños y las familias de sus comunidades, entre las que mencionó la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades educativas y económicas.

"Si no se toman con urgencia estas acciones, la región podría verse envuelta en una crisis de difícil solución", resolvió, consciente de que en la actualidad “no hay ningún lugar seguro” para estas personas que se ven obligados a abandonar sus hogares.

(SERVIMEDIA)
25 Nov 2019
MJR/gja