Sus analistas atribuyeron el recorte en dos décimas a la revisión de la Contabilidad Nacional efectuada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de forma retroactiva sobre los últimos 23 años, y las dos décimas restantes las justifica por “la desaceleración en curso”.

El Servicio de Estudios de Mapfre espera que España continúe “creciendo cerca de su potencial, apoyada en la demanda doméstica y, especialmente, en el consumo”, aunque auguró que se acentuará el deterioro el próximo año, “en línea con el resto de la eurozona”.

La aseguradora alertó sobre la situación política. Conforme a sus análisis la falta de Gobierno “no ha impactado de forma relevante en la actividad económica” por el momento, pero teme que acabe pasando factura “vía creación de empleo, confianza del consumidor o incluso en la credibilidad ante los mercados de financiación soberana” si se mantiene la situación tras el 10 de noviembre.

El Servicio de Estudios enmarcó el enfriamiento económico dentro de un contexto de desaceleración mundial donde los indicadores han comenzado a mostrar “correcciones acumuladas desde finales de 2018 que no se veían desde hace una década” y la previsión de crecimiento para el bienio 2019-2020 se sitúa “por debajo del 3%, con poca aportación de los países desarrollados”.

Sus análisis para la eurozona ponen el acento en la “recesión de la producción industrial” y la debilidad de la inflación. Factores que le han llevado a fijar una previsión de crecimiento para la región del 1,1% tanto para 2019 como para 2020, lo que supone una rebaja también de dos y cuatro décimas, respectivamente.

En la actualidad Mapfre ha descartado la recesión, aunque ha comenzado a incluirla como posibilidad dentro de las vulnerabilidades por si se declarase un shock de oferta en el mercado de materias primas o con origen en los mercados financieros.

La economía mundial ha provocado que los bancos centrales hayan vuelto a adoptar medidas acomodaticias y espera que la Reserva Federal de Estados Unidos baje aún más los tipos, pese a considerar que la capacidad para revertir una desaceleración mediante las palancas monetarias y fiscales habituales “podría resultar difícil”.

“En este contexto, comienza a generalizarse el consenso de que la única salida de política económica viable es una expansión fiscal agresiva”, infiere el Servicio de Estudios en su informe.

En cuanto a su repercusión en el negocio de seguros, Mapfre cree que la ralentización económica y el escenario de tipos bajos podría ser un “estímulo” para productos de Vida ahorro y rentas vitalicias en el corto plazo, aunque está convencida de que lo acabará lastrando a más largo plazo.

En el caso específico de España apunta que, a pesar del aumento del ahorro por parte de los ciudadanos y hogares, la ralentización “empieza a impactar en mayor medida al consumo”, “puede influir en el recurso al crédito por parte de familias y empresas” y empeora igualmente las expectativas para el negocio asegurador de no vida y vida riesgo.